Crítica: X-Men, Días del Futuro Pasado

Título: X-Men, Días del Futuro Pasado

Título original: X-Men: Days of Future Past

Año: 2014

Director: Bryan Singer

Guión: Simon Kinberg (Historia: Simon Kinberg, Matthew Vaughn, Jane Goldman)

Música: John Ottman

Fotografía: Newton Thomas Sigel

Reparto: Hugh Jackman, James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult, Ian McKellen, Patrick Stewart, Ellen Page, Shawn Ashmore, Omar Sy, Peter Dinklage, Evan Peters, Halle Berry, Lucas Till, Daniel Cudmore, Booboo Stewart, Bingbing Fan, Adan Canto, Josh Helman, Larry Day, Amelia Giovanni, Gregg Lowe, Evan Jonigkeit, Mark Camacho, Laurence Belcher, Morgan Lily, Brian Cox, Famke Janssen, Anna Paquin, James Marsden, Kelsey Grammer, Miya Shelton-Contreras

En X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, los X-Men luchan por la supervivencia de la especie en una guerra que se desarrolla en épocas diferentes. Los personajes de la trilogía cinematográfica original de “X-Men” unen sus fuerzas a las que ellos mismos poseían en el pasado, cuando eran más jóvenes –tal y como aparecen en “X-Men: Primera generación”–, para cambiar un importante acontecimiento histórico y librar una épica batalla que podría salvar nuestro futuro.

En el futuro los mutantes son atacados por los llamados Centinelas, robots creados para aniquilar a la población mutante del planeta. Tienen la capacidad de adaptarse a los poderes de cualquier mutante y usarlos en su contra, por lo que batalla contra los Centinelas parece estar perdida.

Es por ello que, usando las capacidades de Kitty Pryde de enviar la consciencia de alguien al pasado, toman la decisión de enviar a Lobezno al año 1973, al punto de inflexión de la aniquilación que están sufriendo en el futuro, donde se encontrará con un Profesor X perdido y adicto a una sustancia creada por Hank que le permite volver a caminar, pero que le adormece sus poderes; un Magneto encarcelado en un prisión de máxima seguridad en el Pentágono, y una Mística buscando venganza por su cuenta contra Bolivar Trask, el científico responsable de la creación de los Centinelas, así como de experimentar con mutantes y amigos de Mística.

La doble narración entre 1973 y el futuro me ha resultado sumamente magnífica. Compacta una con otra de una forma excelente, intercalando ambas líneas narrativas a la perfección, incluso cohesionándolas en una determinada ocasión que me ha resultado bastante indispensable en el rumbo de la cinta hacia su segunda parte. Las diferentes líneas narrativas están muy bien explicadas y diferenciadas, y los flashbacks que se intercalan hacen de la narración algo mucho más fluida y aporta información importante de otras entregas que después de tantos años pueden haberse evaporado un poco de nuestra memoria. Está bien que nos recuerden de vez en cuando apartados importantes de otras películas y que pueden seguir siendo de interés para lo que está por venir.

Otro punto que marca también gran importancia y emoción es la fusión que conlleva ese viaje al pasado con la aparición de personajes y actores consolidados de las primeras entregas de la franquicia, con los nuevos y jóvenes de la Primera Generación. Un acierto en mayúsculas pues agrada tanto a fans de las producciones originales, algo nostálgicos por ver el regreso de viejos y queridos mutantes a la gran pantalla, como de las actuales.

En cuanto a los mutantes, aparecen en todo su esplendor. Lobezno, Xavier, Magneto, Bestia, Mística... Magníficas interpretaciones de un magnífico reparto. Michael Fassbender y James McAvoy, vuelven a bordar sus papeles, profundizando mucho más en las emociones humanas, en las decisiones que han tomado en el pasado y en las que deberán tomar en el futuro, así como en la conexión que inevitablemente tendrán siempre, pues por muy enemigos que sean y por cuántas veces se enfrenten el uno al otro, la llama de la amistad con la que comenzó todo sigue estando presente, y es difícil que se extinga. Y, como ya venía ocurriendo en la anterior entrega, de nuevo se vuelve a demostrar la química que tienen juntos en pantalla. Pero esta vez hay que hacer especial mención a la interpretación de McAvoy, un Profesor X que crece en todas y cada una de sus escenas. 

Hugh Jackman nos enseña su mejor Lobezno. Su personaje no es uno de mis favoritos de esta franquicia, de hecho me da mucha grimilla (no lo puedo evitar jajaja), pero con su última película en solitario me llevé una gran decepción y me ha agradado que se vuelva a exprimir el potencial que aún tiene por mostrar y ofrecer este mutante.

Jennifer Lawrence adquiere mayor peso en la trama y su interpretación se mantiene a la altura de lo esperado. Es una actriz de diez y de nuevo vuelve a demostrarlo. ¿Será una mutante de verdad? xD.

Pero con el que me quedo sin duda alguna es con Evan Peters como Quicksilver. Su aparición breve e intensa, como su mutación, ha sido el momento más divertido y entretenido de toda la cinta.

Lo único que me puede chirriar un poco, y ya es más bien algo personal, es que el tema de los viajes en el tiempo me ofusca demasiado. La película me ha parecido fantástica, eso no hay que discutirlo, pero la cuestión de los viajes en el tiempo tanto en series como en películas sólo tienen dos salidas: 

1. Todo se va a la mierda, no arreglas nada y se lía mucho más de lo que ya estaba,
2. Borrón y cuenta nueva. Aquí no ha ocurrido nada y qué bonita es la vida. 

Y con X-Men ha sido un poco de lo segundo. No quiero spoilear así que no diré nada más. Sabréis a qué me refiero cuando la veáis. Pero bueno, quitando que me guste más o menos este lío de los viajes en el tiempo, tengo que reconocer que es un final perfecto, lleno de significado y, ¿por qué no?, emotivo.

En resumen, 'X-Men, Días del Futuro Pasado' es la película más ambiciosa de toda la saga, con un guión bastante atrayente y vertiginoso, unos actores que se comen la pantalla y con un equilibro muy acertado entre acción, humor y drama. Me atrevería a decir que es la mejor película de X-Men hasta la fecha. ¡No os perdáis los créditos finales!