Cine: Cenicienta

Título: Cenicienta

Título original: Cinderella

Año: 2015

Director: Kenneth Branagh

Guión: Chris Weitz (Cuento: Charles Perrault)

Música: Patrick Doyle

Fotografía: Haris Zambarloukos

Reparto: Lily James, Cate Blanchett, Helena Bonham Carter, Richard Madden, Holliday Grainger, Sophie McShera, Eloise Webb, Derek Jacobi, Hayley Atwell, Stellan Skarsgård, Leila Wong, Ben Chaplin

La historia de "Cenicienta" cuenta las andanzas de la joven Ella (Lily James) cuyo padre, un comerciante, vuelve a casarse tras la muerte de su madre. Ella quiere dar gusto a su padre y acoge con cariño a su nueva madrastra (Cate Blanchett) y a sus hijas Anastasia (Holliday Grainger) y Drisella (Sophie McShera) en la casa familiar. Pero, cuando el padre de Ella muere inesperadamente, la joven se encuentra a merced de una nueva familia celosa y cruel. Al final, Ella queda relegada a ser una sirvienta cubierta de ceniza por lo que le ponen el triste nombre de Cenicienta. Pero no pierde la esperanza y a pesar de la crueldad con la que la tratan, está dispuesta a cumplir las últimas palabras de su madre que le dijo que debía "ser valiente y amable".

PRECIOSA. No tengo otra palabra para definir esta adaptación de Disney del mítico cuento de Cenicienta. No esperaba mucho de ella, todo hay que decirlo, tampoco es que sea mi cuento favorito de la franquicia pero, una vez que comienzas a verla, es inevitable caer rendida ante los encantos de esta Cenicienta renovada y de carne y hueso.

La historia es la de siempre, sin ninguna sorpresa o cambios a grandes rasgos. Cenicienta, como sabemos, pierde a su padre en un viaje y queda huérfana y en manos de la malvada de su madrastra y sus dos hijas. Un día, haciendo sus tareas habituales del hogar, sale a dar una vuelta por el bosque y se encuentra con un apuesto joven del que se enamora a primera vista. Ella no sabe que es el príncipe del reino pero vive ansiosa por volverse a encontrar con él. La suerte está de su lado cuando la familia real organiza un baile en palacio al que están invitadas todas las mujeres casamenteras del reino y más allá, sin importar la clase social. Quiere volver a encontrarse con ese joven y el baile es el escenario perfecto. Sin embargo, su madrastra le prohibirá ir al baile, momento en el que entrará en juego el hada madrina con sus preciosos zapatos de cristal. Y, bueno, todos sabemos como sigue... 

La película es un calco de la cinta de animación, y no por ello es de menor calidad que su original. Esta vez, Kenneth Branagh ha acertado en reproducir la historia tal cual es, sin rebuscar e innovar, alejándola de versiones alternativas o retellings que han pasado sin pena ni gloria por la gran pantalla (a excepción de Maléfica que me pareció una versión magnífica). 

Nos encontramos ante el clásico de toda la vida, sin versiones alternativas, tal y como nos lo enseñó Disney, y ese es el punto clave de esta película, el que ha conseguido que salga muy satisfecha de la sala de cine: ver que el mundo animado cobra vida.

Lily James ha bordado el papel protagonista. Una Cenicienta guapísima, que irradia dulzura e inocencia en cada gesto. Cate Blanchett tampoco se queda lejos en su papel de madrastra, comiéndose la pantalla en cada toma. Increíble. Y el príncipe azul es todo carisma y perfección. ¡Qué sonrisa tiene Richard Madden, por favor!

Y mención especial a Helena Bonham Carter. Estos papeles le vienen que ni pintado y he disfrutado muchísimo viéndola de hada madrina.

Algo diferente a la cinta de animación es que Cenicienta y el príncipe se conocen antes de la noche del baile y, la verdad, es que me ha gustado mucho más este pequeño añadido pues le da al romance un poco más de credibilidad. El amor sigue siendo a primera vista, pero el primer encuentro lejos de las excentricidades de palacio, en un terreno mucho más neutral y desconociendo cada uno la verdadera identidad del otro, en mi opinión le da un toque mucho más natural y bonito.

La cinta es pura magia y dulzura. La escenografía, los paisajes, los colores, los animalillos, el vestuario, la caracterización... Todo de ensueño. Me fue imposible despegar la vista de la pantalla. Quedé prendada del cuidado y la preciosidad de cada escena y de cómo uno de los cuentos que marcaron nuestra infancia se convertía en real. 

En resumen, Cenicienta es una adaptación con matrícula de honor. Un cuento que cobra vida, con unos actores nacidos para sus papeles y con una ambientación y con unos efectos visuales que te harán creer en la magia durante dos horas.