Reseña: 'El (Sin) Sentido del Amor' de Javier Ruescas

Título: El (sin) Sentido del Amor

Autor: Javier Ruescas

Editorial: Montena

Páginas: 224

ISBN: 9788490434345

La fiesta que da inicio a las vacaciones parece sacada de una peli: una casa enorme y un montón de chicos bebiéndose el último verano antes de la universidad.
No es el ambiente de Lana, que preferiría estar con la cabeza metida en sus ilustraciones. Pero Ciro, el blogger anónimo del momento y su mejor amigo, la ha arrastrado hasta allí porque dice que es donde está la emoción. Y no se equivoca: en esa fiesta, Lana conoce a un chico con quien se siente inesperadamente cómoda; la anfitriona tiene una gran bronca de celos con su novio y Julia, la mejor amiga de Lana, no llega a encontrarles porque en el camino conoce a un perfecto desconocido con el que pasa la noche. El problema es que esos tres chicos, el interesante, el infiel y el perfecto desconocido, son la misma persona: Jacobo Casanova. Y aunque Lana lo evite, su destino y el de Jac parecen destinados a colisionar una y otra vez en ese juego sin sentido que algunos llaman amor.

 

El (Sin) sentido del Amor comienza con Lana llegando a la fiesta que una chica de su instituto ha montado en su casa, siendo arrastrada a la misma por su mejor amigo Ciro. Allí conoce a un chico bastante interesante y con el que tiene una afición en común: la pintura; pero todo se tuerce cuando la anfitriona de la fiesta descubre que su novio, Jacobo Casanova, le estaba poniendo los cuernos, coincidiendo en que es el mismo chico al que Lana había conocido nada más llegar allí. Todo podría haberse quedado en una mera anécdota si no fuese porque Julia, su mejor amiga, le comenta al día siguiente que se ha liado con Jacobo, y por miedo a que Julia salga malparada de aquella relación Lana hará lo que sea por descubrir la verdad que se esconde tras Jacobo Casanova, sin ser consciente de que por el camino el odio podría dar paso al amor.

Es una novela sencilla y fresca que se lee en nada, con una trama bastante simple pero capaz de engancharte y hacerte pasar un rato agradable. Es de esas lecturas que ayudan a desconectar y que bien te puedes ventilar en una sola tarde.

En un principio la trama apuntaba a que se trataría de una historia donde la protagonista se va enamorando poco a poco de alguien que hasta ese momento no era más que un mujeriego al que le gustaba ir picando de flor en flor sin importar el daño que podía causar, y que también, poco a poco, va cambiando gracias a la relación y los sentimientos verdaderos que comienza a sentir por Lana. En cambio, la cosa no es así y tiene un pequeño giro argumental que no esperas para nada. Acaba sorprendiéndote por la vía que toma la historia y por la verdad que se oculta tras todas esas conquistas y esos corazones rotos que Jacobo Casanova ha ido dejando por el camino durante los últimos años. La verdad es que el apellido le viene que ni pintado, pero no como nos lo imaginamos.

Los personajes en general están muy bien construidos, aunque tampoco se ha profundizado mucho en ellos. Lana es la única que no me ha terminado de convencer. La he sentido algo inmadura por momentos y un poco contradictoria en sus acciones. Ciro es un personaje que me ha encantado por su forma de ser tan divertida y también por su afición y su pasatiempo relacionado con el mundo blogger. Y Jac, bueno, las lenguas malhabladas y los rumores son así y es normal que al principio caiga mal por todo lo que va circulando sobre su persona y cómo trata a las chicas con las que ha estado. Pero eso va menguando cuando la historia avanza y se va viendo cómo es en realidad, cómo es cuando está con Lana y, sobre todo, el motivo y la verdadera razón de haberse ganado esa fama de Don Juan.

El tema principal es la relación que se va formando entre Lana y Jac, demasiado light y poco emotiva para mi gusto, pero la pasión que comparten los dos por  el arte y la pintura hacen de la lectura algo mucho más interesante.

En resumen, 'El (Sin) Sentido del Amor' es una de esas lecturas para pasar el rato en una tarde de aburrimiento pues se lee en un suspiro y ayuda a desconectar y disfrutar de una historia sencilla y sin complicaciones pero con un giro argumental que no veremos venir.