Reseña: 'La Estrella' de Javi Araguz e Isabel Hierro

Título: La Estrella

Autores:  Javi Araguz e Isabel Hierro

Editorial:  Vicevesa Juvenil

Páginas: 317

Los ojos del muchacho brillaron con intensidad, anunciando la inminente ruptura de la quietud. Lan sabía que tocar a un Caminante de La Estrella estaba prohibido, pero ahora ya no había vuelta atrás y sus destinos estaban irremediablemente unidos. 

Hace siglos, una catástrofe convirtió el Linde en un lugar hostil; desde entonces, los supervivientes han aprendido a vivir aislados dentro de los límites seguros, pero a menudo el planeta cambia de forma y la gente se pierde para siempre. Tras un violento episodio, Lan, una valiente muchacha del Clan de Salvia, despierta en medio del desierto y es rescatada por su peor enemigo.

Un Joven marcado por una maldición.

Un pueblo que esconde el mayor secreto jamás guardado.

Un amor tan peligroso como imposible,

Un mundo cuya superficie cambia constantemente de forma... donde perderse, es equivalente a la muerte.

Hace mucho tiempo que La Estrella, tal y como era conocido este mundo por todos sus habitantes, dejó de ser el lugar tranquilo y apacible que era. Ahora el Linde, como han pasado a conocerlo, es un mundo peligroso, en constante cambio y con rupturas de la Quietud cada vez más frecuentes. El mundo se muere poco a poco, las placas tectónicas se mueven constantemente provocando movimientos del suelo, destrucción y cambios en el paisaje. Las partículas que acompañan a esas rupturas de la tranquilidad son tóxicas y todo aquél que las inhala pierde la cordura y acaba perdiéndose en el horizonte y muriendo, alejándose de los Límites Seguros de los diferentes clanes, las únicas zonas donde los cambios bruscos del Linde no parecen afectar sobremanera. Sólo los Errantes y los Corredores están capacitados para traspasar los Límites Seguros en busca de mercancías y de comunicación con otros clanes. Los Errantes son personas inmunes a las partículas que desprende la ruptura de la Quietud, pero cargan con una maldición sobre sus espaldas: toda persona que no sea un errante como ellos morirá de dolor con el más mínimo roce de piel contra piel. Los Corredores, en cambio, son humanos normales y corrientes entrenados para sobrevivir fuera de los Límites Seguros, como el padre de nuestra protagonista, Lan.

Lan es una joven que vive con su madre en el clan de Salvia. Adora las plantas y se pasa gran parte de su tiempo estudiándolas en el pequeño invernadero improvisado que se había construido en el tejado de su casa. Un día, cuando la Quietud está a punto de romperse se entera de que el hijo pequeño de una vecina del clan ha desaparecido y sin pensárselo un segundo se cubre la cara con un pañuelo húmedo y se adentra en el bosque en busca del pequeño Ivar, donde se encontrará con un joven Errante al que tomará por un secuestrador de niños (y cuyo mote se quedará hasta los restos xD).

Ese será el momento en el que sus caminos queden entrelazados irremediablemente. La ruptura de la Quietud entrará en los Límites Seguros, desolando Salvia, y Lan será rescatada por el Errante, comenzando así una relación algo fría y mínima entre salviana y errante/secuestrador que les pondrá a prueba y les llevará a ser las únicas personas capaces de restaurar la Quietud del Linde para siempre, devolver el planeta a sus orígenes sanos. ¿Lo conseguirán o todos sus intentos y esfuerzos serán en vano?

Y tras este resumen algo extenso tengo que decir que, de un libro cuya sinopsis poco revelaba de lo que nos podríamos encontrar en su interior y que aún así era lo bastante atrayente, añadiendo que la portada me encanta, he descubierto y saboreado una historia cargada de originalidad y esperanza, una gran lluvia revitalizante donde la fe y la esperanza es la piedra angular, y donde los personajes no tienen a dónde aferrarse y aún así tiran hacia adelante con lo poco que les queda con el único objetivo de llegar hasta el final por muy dura y difícil que se torne la aventura.

—¿Y de qué sirve la esperanza? No existe, no se puede tocar. Es sólo una idea, un sueño… ¡una mentira! Es un eufemismo como cualquier otro. La esperanza es únicamente una palabra bonita con la que maquillar la realidad —se defendió, recordándole a Lan la actitud derrotista de su primer encuentro.

La muchacha permaneció en silencio, dejando que el Errante se calmara, y después le dijo con voz pausada:

—Significa mucho más que eso. La esperanza es creer más allá de lo que podemos controlar. Es un sentimiento, como la alegría, el miedo o el odio, al que te puedes aferrar incluso en los momentos más difíciles, cuando sabes que ya no puedes hacer nada por ti mismo. Incluso cuando todo está perdido, siempre queda la esperanza.

Los dos personajes principales me ha enamorado. Me he encontrado con personajes frescos y nada clichés. Lan es una joven decidida, con la que se puede contar, valiente y dispuesta a arriesgar su vida para salvar la de los demás y la que mantiene la llama de la esperanza viva hasta el último momento, contagiando de sus ánimos y fuerzas a todo el que se encuentre a su alrededor.

El Errante, por otro lado, es un chico de calle, por así decirlo, que ha pasado toda su vida yendo de un lugar a otro del Linde con su clan, por lo que se acomoda fácilmente a las desavenencias y dificultades que se encuentra en su camino. Es un joven realista, consciente de que el mundo en el que viven está dando sus últimos coletazos de vida, y lo acepta tal y como es, al contrario que el resto de su clan. Y pese a que Lan inicialmente lo tache como secuestrador y su actitud hacia él sea demasiado arisca y manteniendo las distancias, poco a poco descubriremos que es un chico dulce, solidario, algo irónico y ejemplar. Me fue encandilando poco a poco y en los últimos capítulos ya consiguió ganarme del todo.

Antes de conocerla, le importaba bien poco conservar la amistad de cualquiera, ya fuera Errante, rundarita o salviano. Iba por su cuenta. Pero, a pesar de que aquella chica le había acarreado más de un problema, ahora se sentía responsable de ella y, sin pretenderlo, se había convertido en su protector.

Las pinceladas románticas son sencillamente perfectas y es lo que más me ha llamado la atención y más me ha gustado de este libro porque... ¿cómo se puede dar desarrollo a un romance imposible, entre dos personas que no se pueden tocar en lo más mínimo? Pues Javi Araguz e Isabel Hierro logran crear un aura entre estos dos personajes que trasciende al tacto. Sólo con miradas que quieren decir más de lo que expresan en realidad, con frases que se quedan suspendidas en el aire a mitad de camino, con sacrificios y con actos de fe, de humanidad y de esperanza... No hacen falta caricias, besos, abrazos y momento más íntimos para lograr un atmósfera tan mágica y dulce dentro de un marco romántico imposible por si solo.

El final no es el que seguramente todos nos esperamos conforme vamos leyendo. Tiene final feliz pero tapizado con un toque vago de amargura y medio en suspenso. Cuando lo terminé me dije: '¿Qué? ¿No hay más? No, no, tiene que haber más páginas. ¡Necesito saber más! ¡Necesito saber a ciencia cierta el punto y final de la historia!'. Casi me da un infarto al comprender que el final que ya me había dibujado en mi cabeza no había sido plasmado. Pero aún así, me he quedado con la sensación de que el final que me había imaginado es el final implícito y estratégicamente omitido xD. Se podría calificar como final abierto a consecuencia de la omisión de ese punto y final que he echado en falta, pero tengo la sensación de que esa ha sido la idea de los autores, como si hubieran pretendido impregnarnos con la misma esperanza que impulsa a Lan en su trayecto, dejando ese final abierto a la esperanza de que se cierre tal y como nosotros lo hemos imaginado.

'La Estrella' es un libro que nos habla de sacrificios, valentía y esperanza ante todo, aún cuando el propio mundo en el que vivimos es el culpable de la destrucción de toda vida humana. Una distopia bastante original con un final inesperado, agridulce, diferente y esperanzador. Sé que no hay pero... una segunda parte ¿please? ¡La necesito! xD.