Título: Bajo La Misma Estrella
Título original: The Fault in Our Stars
Año: 2014
Director: Josh Boone
Guión: Scott Neustadter, Michael H. Weber (Novela: John Green)
Música: Mike Mogis, Nate Walcott
Fotografía: Ben Richardson
Reparto: Shailene Woodley, Ansel Elgort, Nat Wolff, Laura Dern, Sam Trammell, Willem Dafoe, Lotte Verbeek, Ana Dela Cruz, Randy Kovitz, Toni Saladna, David Whalen, Milica Govich, Allegra Carpenter, Emily Peachey, Emily Bach, Mike Birbiglia
A pesar de que un milagro médico ha conseguido reducir su tumor y darle unos años más de vida, Hazel nunca ha dejado de considerarse una enferma terminal. Pero cuando Gus Waters ingresa en el centro de Cáncer infantil, en la vida de Hazel empieza un nuevo capítulo.
Todo lo que diga se queda corto. Al igual que con el libro, no hay palabras suficientes para expresar todo el cúmulo de sensaciones que transmite esta historia y lo poco o mucho que diga en esta entrada dudo que le haga justicia.
Bajo La Misma Estrella es una de esas historias tristes que se quedan bien ancladas en el pecho y recuerdas tanto con nostalgia como con emoción, pues son capaces de sacar de las historias más trágicas un resquicio de esperanza y de belleza. Por muy triste que sea, por mucho que llores, querrás verla una y otra vez, y no por masoquismo, como me saltó una amiga cuando le dije que la había visto en inglés y que quería verla también en el cine cuando saliera en español, sino porque es una historia completa, que lo refleja todo: risas y llantos, realidad y ficción, pérdidas y amor, alegrías y dolor... Y es todo eso, y más, lo que hace de esta historia algo grande y digno de ver, rever y recordar. Es increíble como una trama tan sencilla, sincera y dulce, dentro de la fatídica realidad del cáncer, puede calar tan hondo y dejar mensajes tan alentadores detrás de ella.
La fidelidad al libro ha sido de diez. La primera hora más o menos es un calco de frases y escenarios del libro y he estado todo el tiempo dando saltitos de felicidad. La segunda parte también sigue siendo fiel pero se van acotando los escenarios donde ocurre cada cosa o se suelta tal frase memorable o tal otra. Aún así, toda la conjunción me ha parecido perfecta. Todo queda más enlazado y conectado y no pierde la esencia y marca de la novela: las frases, la fotografía, la ambientación, el vestuario, la personalidad y actitud de los personajes... Todo sigue siendo puro reflejo de la pluma de John Green y como fan de su novela es algo que se agradece sobremanera.
Las escenas finales me han enternecido y destrozado a partes iguales y ha sido inevitable emocionarme y gastar un par de kleenex en el proceso. Pero así es el libro y también lo es la película... Comienzas riendo casi a carcajada limpia con el humor negro y los diálogos chispeantes y frescos que se van sucediendo, y lo compaginas con una sonrisa de tonta dibujada en la cara cada vez que Augustus hace muestra de su galantería y dulzura entrañable, y cómo Hazel Grace va rindiéndose a él inevitablemente como bien resumen ella: «como cuando sientes que estás quedándote dormida: primero lentamente, y de repente de golpe».
Pero claro está, esas risas y esos momentos divertidos dentro de la lucha con la enfermedad empiezan a menguar y todo se torna más gris, más duro y difícil para el espectador, cuando vamos viendo que la felicidad es efímera y nuestros protagonistas podrían ver pronto el fin de ese fugaz infinito que les ha sido otorgado. Algunos llorarán a mares, otros se entristecerán preguntándose el por qué, y otros podrán decir: 'Así es la vida, con o sin enfermedad, todo llega a su fin tarde o temprano'. Pero no es ese mensaje con el que yo me quedo y por esa misma razón creo que será una película que veré hasta la saciedad, y no por masoquismo como ya me comentaba mi amiga, sino porque no me quedo con la tragedia, me quedo con el mensaje que se transmite como fondo de todo, por la actitud con la que sus protagonistas se enfrenta a la enfermedad, y sobre todo por la preciosidad de ese amor adolescente capaz de convertir el corto reloj de la vida que tienen atado al cuello en una eternidad repleta de vitalidad, lucha y ternura.
En cuanto a los actores, tengo que hacer mención especial a los principales. No han sido Shailene Woodley y Ansel Elgort, sino Hazel Grace y Agustus Waters; no he visto a nadie más. Sobre todo este último con esa sonrisa perfecta y torcida, esos gestos, esa mirada, esa actitud entre la chulería adorable y la seguridad en sí mismo, sus metáforas, su forma de ver la vida y de aceptar las cosas como llegan... He visto al Gus que describe John Green en su libro en todas y cada una de sus escenas y me he enamorado aún más si cabe del personaje. Shailene también ha sido el vivo retrato de Hazel desde la primera escena; una interpretación que sólo puedo elogiar. Han sido Hazel y Gus en estado puro.
En resumen, 'Bajo La Misma Estrella' es un salto del libro a la pantalla lleno de perfección. Una historia única, tierna, triste y preciosa donde no existen actores, sólo existen Hazel y Augustus como tales, y donde los sentimientos logran traspasar la fría pantalla de cine, empapándote de risas, llantos, tristeza y amor. Una historia para recordar.
La fidelidad al libro ha sido de diez. La primera hora más o menos es un calco de frases y escenarios del libro y he estado todo el tiempo dando saltitos de felicidad. La segunda parte también sigue siendo fiel pero se van acotando los escenarios donde ocurre cada cosa o se suelta tal frase memorable o tal otra. Aún así, toda la conjunción me ha parecido perfecta. Todo queda más enlazado y conectado y no pierde la esencia y marca de la novela: las frases, la fotografía, la ambientación, el vestuario, la personalidad y actitud de los personajes... Todo sigue siendo puro reflejo de la pluma de John Green y como fan de su novela es algo que se agradece sobremanera.
Las escenas finales me han enternecido y destrozado a partes iguales y ha sido inevitable emocionarme y gastar un par de kleenex en el proceso. Pero así es el libro y también lo es la película... Comienzas riendo casi a carcajada limpia con el humor negro y los diálogos chispeantes y frescos que se van sucediendo, y lo compaginas con una sonrisa de tonta dibujada en la cara cada vez que Augustus hace muestra de su galantería y dulzura entrañable, y cómo Hazel Grace va rindiéndose a él inevitablemente como bien resumen ella: «como cuando sientes que estás quedándote dormida: primero lentamente, y de repente de golpe».
Pero claro está, esas risas y esos momentos divertidos dentro de la lucha con la enfermedad empiezan a menguar y todo se torna más gris, más duro y difícil para el espectador, cuando vamos viendo que la felicidad es efímera y nuestros protagonistas podrían ver pronto el fin de ese fugaz infinito que les ha sido otorgado. Algunos llorarán a mares, otros se entristecerán preguntándose el por qué, y otros podrán decir: 'Así es la vida, con o sin enfermedad, todo llega a su fin tarde o temprano'. Pero no es ese mensaje con el que yo me quedo y por esa misma razón creo que será una película que veré hasta la saciedad, y no por masoquismo como ya me comentaba mi amiga, sino porque no me quedo con la tragedia, me quedo con el mensaje que se transmite como fondo de todo, por la actitud con la que sus protagonistas se enfrenta a la enfermedad, y sobre todo por la preciosidad de ese amor adolescente capaz de convertir el corto reloj de la vida que tienen atado al cuello en una eternidad repleta de vitalidad, lucha y ternura.
En cuanto a los actores, tengo que hacer mención especial a los principales. No han sido Shailene Woodley y Ansel Elgort, sino Hazel Grace y Agustus Waters; no he visto a nadie más. Sobre todo este último con esa sonrisa perfecta y torcida, esos gestos, esa mirada, esa actitud entre la chulería adorable y la seguridad en sí mismo, sus metáforas, su forma de ver la vida y de aceptar las cosas como llegan... He visto al Gus que describe John Green en su libro en todas y cada una de sus escenas y me he enamorado aún más si cabe del personaje. Shailene también ha sido el vivo retrato de Hazel desde la primera escena; una interpretación que sólo puedo elogiar. Han sido Hazel y Gus en estado puro.
En resumen, 'Bajo La Misma Estrella' es un salto del libro a la pantalla lleno de perfección. Una historia única, tierna, triste y preciosa donde no existen actores, sólo existen Hazel y Augustus como tales, y donde los sentimientos logran traspasar la fría pantalla de cine, empapándote de risas, llantos, tristeza y amor. Una historia para recordar.
Totalmente de acuerdo, la película está perfectamente adaptada :) Me encantó.
ResponderEliminarUn beso.
Ayer por fin la pude ir a verla en el cine con mis amigas y me dejó sin palabras. Está muy bien adaptada y los personajes son idénticos al libro. No me arrepiento de haberla visto, me emocioné y lloré pero me encantó. Es una película perfecta! *-*
ResponderEliminarHola Nedyah la vi esta semana y estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices en tu entrada. Me parece una película de las que veré muchas veces y que ha sabido reflejar la esencia del libro. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarA ver cuando puedo verla...
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