Reseña: 'La Chica del Lago' de Steph Bowe

Título: La Chica del Lago

Autora: Steph Bowe

Editorial: Montena 

Colección: Ellas

Páginas: 256

ISBN: 9788484417217

En el momento más oscuro de su vida, Sacha Thomas conoce a la solitaria y excepcional Jewel Valentine.
¿Y si el destino te deparase sorpresas inesperadas, incluso cuando lo das todo por perdido? ¿Y si pudieras coger aire y volver a empezar?
Muy pronto, unidos por un vínculo mágico e indestructible, Sasha y Jewel lograrán enterrar su pasado y, junto a dos amigos extravagantes y un montón de enanitos secuestrados, vivirán una aventura alocada y liberadora.
No les queda mucho tiempo, pero ahora lo único que importa es que están juntos...

Tras la muerte de sus abuelos, quienes la han cuidado durante diez año, Jewel Valentine regresa a vivir con su madre, una total desconocida después de tantos años sin saber de ella. Por si fuera poco, Jewel sigue culpándose por la muerte de su hermano cuando tenía ocho años y es una culpa difícil de borrar.

Una noche paseando por el lago, el mismo lado donde murió su hermano, Jewel salva a Sacha de morir ahogado. A Sacha los astros tampoco le acompañan: la muerte de su madre dos años atrás y una infancia de de hospital en hospital, le han pasado factura. Por suerte, Jewel le ayudará a encontrarse a sí mismo, cambiando en el proceso la vida de ambos.

El libro está narrado en primera persona desde el punto de vista de ambos protagonistas, intercalándose sus voces de un capítulo a otro. Este es un apartado que me encanta en este tipo de lecturas porque permite profundizar en mayor medida y por igual en ambos personajes, en cómo ven una misma situación, qué les ronda por la cabeza en cada momento... Me gusta el poder conocer el interior de los dos protagonistas y no sólo de uno.

Es un libro juvenil que toca algunos temas serios y tristes, pero no hasta el punto lacrimógeno y dramático. Te hace reflexionar, e incluso tiene un toque irónico, pero cuando pensaba que se acercaba el momento tristón la historia termina de golpe y creo que por ese motivo no me ha cautivado tanto como esperaba conforme leía. 

Hay amor entre sus páginas, pero tampoco es un tema relevante, sólo una pata más del rompecabezas que los protagonistas tratan de resolver: las dificultades que la vida les ha puesto en el camino, la necesidad de crecer a pasos agigantados, la fortaleza y la voluntad... La historia muestra cómo dos personas destrozadas por las circunstancias de la vida encuentran el uno en el otro el refugio en el que sentirse seguros y a salvo, esperanzados, por mucho que la vida siga su curso y los problemas no desaparezcan.

En cuanto a los personajes tenemos a Jewel y Sacha como principales. 

Jewel es una joven que sufrió la pérdida de su hermano menor cuando tenía 8 años, y por la cual se siente culpable. Desde entonces se ha transformado en una chica solitaria e insegura que se oculta tras una hoja de papel y un lápiz, en sus retratos y diseños. Su vida quedó completamente destrozada: su padre se marchó y su madre decidió mandarla a vivir con sus abuelos. Y diez años después, tras la muerte de sus abuelos, se ve obligada a regresar con su madre, que se ha convertido en una completa extraña. A eso se le unirá los recuerdos de su infancia en un lugar donde vivió los mejores años de su vida, sus viejas amistades, sus lugares favoritos... El pasado y los recuerdos le golpearán y sólo con la ayuda de Sacha podrá seguir adelante.

Sacha es un joven cansado de vivir. Tuvo una infancia muy dura y, unido a la reciente pérdida de su madre, quiere acabar con todo. Es un chico solitario que sufre en silencio la situación familiar de su casa, sus problemas de salud y que, cansado de luchar contra todo, decidió acabar con su vida la noche en la que Jewel le salvó.

También tenemos a otros personajes secundarios como Little Al y True, los mejores amigos de Sacha.

El final es el gran PERO que le encuentro a la historia. Es demasiado brusco y abierto. ¡No puede terminar así! El desenlace de la historia podría haber dado mucho más de sí y ha sido demasiado light y ¿bonito?. El desarrollo de la historia vaticinaba un final triste, de los que te hacen reflexionar y se quedan contigo tiempo después de haber cerrado las páginas. Esperaba y deseaba ese final, pese a las lágrimas que seguramente arrastraría con él, y la autora no lo ha despachado. Los finales felices gustan a todos, es cierto, pero La Chica del Lago necesitaba de otro final y no ese tan abierto y alejado de la esencia de toda la trama, un final para "agradar" al lector estándar y no para transmitir y reflejar la finalidad y el carácter emotivo, reflexivo y dramático de la historia de Jewel y Sacha. Vale que se prevé el final pero no es lo mismo imaginarlo que leerlo y sentirlo con la voz de sus protagonistas.

En resumen, 'La Chica del Lago' es una historia triste sobre dos adolescentes que encuentran refugio el uno en el otro y que aprenden a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, a pedir ayuda y a enfrentarse a los miedos y luchar por lo que quieren. Una historia también sobre la amistad y el amor. El final es la única pega que le encuentro. Demasiado light y que rompe con el sentido y la reflexión a la que en un principio llamaba la historia.