Reseña: 'Un Bolso y Un Destino' de Leigh Himes

Título: Un Bolso y Un Destino

Autora: Leigh Himes

Editorial: Maeva

Páginas: 400

ISBN: 978-84-16690-57-2

Abbey Lahey, una agente de publicidad de 37  años y ajetreada madre de familia, lleva una vida caótica. Su familia tiene dificultades económicasy no consigue conciliar su trabajo con el cuidado de sus hijos, Gloria y Sam. Un día ve una fotografía de Alex van Holt, uno de sus pretendientes del instituto, en una revista, y se pregunta cómo hubiese sido su vida al lado de ese atractivo heredero de una gran fortuna. Muy  pronto  tendrá  la  oportunidad  de  salir de dudas. Un sábado, cuando se dirige a un centro comercial para devolver un bolso que no puede permitirse, sufre un accidente al caer por las escaleras mecánicas, recibe un golpe en la cabeza y se despierta… en una vida paralela.

Un Bolso y Un Destino parte de una premisa bastante conocida en el mundo del cine como son las vidas paralelas o el intercambio de cuerpos. En esta novela nos encontramos en el primer caso cuando, Abbey, la protagonista, tras un accidente en el centro comercial acaba dándose un golpe en la cabeza y despertando en la supuesta vida que siempre ha soñado. Pero... ¿es tan perfecta e ideal?

Abbey es una mujer al uso con una vida de lo más corriente y habitual: casada con Jimmy, con un trabajo que le provoca un dolor de cabeza tras otro, y con dos hijos pequeños, Gloria y Sam que también le trae algún que otro comedero de cabeza y estrés: Gloria porque tiene seis años y no para de mojar la cama, y Sam con los problemas típicos de su edad. Con todo esto hace tiempo que Abbey no tiene tiempo para sí misma y, aunque en casa les cuesta llegar a fin de mes, no puede evitar la tentación de darse un caprichito y se compra un bolso de Marc Jacobs. Pero no tarda en sentir remordimientos de conciencia por haberse comprado un bolso carísimo y cuando regresa al centro comercial para devolverlo sufre un accidente en las escaleras mecánicas que acaba dejándola KO, despertándose tiempo después en la cama de un hospital y con Alex Van Holt a su lado, un hombre atractivo y con mucho éxito al que Abbey rechazó tiempo atrás, antes de conocer a Jimmy, y que ahora asegura ser su esposo. Aún con los recuerdos de su vida pasada con Jimmy y sus dos hijos, Abbey abraza su nueva vida, la vida que siempre imaginó que habría tenido de haber aceptado cuando Alex le pidió salir.

El argumento no es muy original porque es un recurso muy común en series y películas donde los protagonistas acaban aprendiendo una lección a través del intercambio de cuerpos, teniendo que vivir una temporada en la piel de otra persona, o a través de una vida totalmente diferente a la que llevaba. La moraleja es clara: la vida de los demás siempre nos parece más sencilla, con menos complicaciones y limitaciones. Cuando nos fijamos en los demás vemos una vida más bonita que la nuestra, más perfecta, con más alegría, más amor, más tiempo para uno mismo... y nos preguntamos ¿y si mi vida fuera así? Pero claro, visto desde fuera todo parece mejor y cuando nos metemos en la piel de la otra persona y descubrimos que la vida perfecta que pensábamos que tenía no existe, es cuando empezamos a valorar lo que teníamos, a echar de menos incluso los momentos en los que nos tiramos de los pelos por la desesperación. Cuando el personaje descubre que todos tenemos nuestra lucha en la vida, es cuando de verdad valora lo que tenía, deseando volver a la vida anterior, a la vida que no cambiaría por nada del mundo. Y eso es lo que le ocurre también a Abbey.

La vida de Abbey cambia drásticamente de la noche a la mañana. De ser una mujer normal y corriente, con dificultades matrimoniales y problemas para llegar a fin de mes, se transforma en alguien de renombre, la mujer de Alex Van Holt, un multimillonario aspirante a Congresista. Su entorno social, así como la forma en la que la ven los demás, da un giro de ciento ochenta grados y se convierte en la otra cara de la moneda. Abbey comprende cómo las relaciones y las amistades cambian en función de la clase social y los intereses, así como la imagen personal y familiar de cara a las cámaras o en el entorno íntimo. Veremos lo que sufre Abbey porque el pasado que recuerda no es el mismo que recuerdan las personas con las que comienza a relacionarse en esta nueva vida. En su vida anterior era buena madre y siempre tenía como prioridad sus hijos. Ahora, no es la madre modelo que siempre ha sido, dándole todo lo material a sus hijos pero nada del cariño y calor de una madre. Son cambios totalmente opuestos a como era y se comportaba con sus allegados en su vida anterior, y todos estos cambios los vamos viendo a través de recuerdos, comparando una vida con otra, ayudando a comprender qué es lo que siente Abbey y la angustia por verse en una situación en la que interpreta un papel que parecía ideal y comienza a odiar. Esto es lo que más me ha gustado de la novela porque permite ver que no es oro todo lo que reluce y que más no es siempre sinónimo de mejor.

Lo que no me ha gustado tanto es que, en el presente de Abbey, su vida con Alex se centra en la campaña electoral y la asistencia a eventos y actos públicos. Todo gira en torno a la política y llega a resultar cansino. Pero también se sobreentiende como juego para la moraleja y las reflexiones que transmite la historia: nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

En resumen, 'Un Bolso y Un Destino' es una historia entretenida que nos hará disfrutar más por las reflexiones que deja que por la originalidad de la trama, algo que ya hemos visto más de una vez en televisión: experimentar una vida totalmente opuesta a la tuya para valorar de verdad lo que tienes y comprender que ninguna vida es fácil, por muy brillante y perfecta que parezca. Abbey experimentará la vida que siempre soñó como proceso de aprendizaje y aceptación de sí misma, de su vida y de todas las decisiones que ha tomado en el pasado y que la han llevado al momento actual.

- En colaboración con la editorial -