Reseña: 'R y Julie' de Isaac Marion

Título: R y Julie

Autor: Isaac Marion

Libro: Único

Editorial: Mondadori

Páginas: 304

ISBN: 9788439723516

«Me llevo una mano al pecho, sobre el corazón. Mi "corazón". ¿Todavía representa algo ese penoso órgano? Permanece inmóvil, sin bombear sangre, sin la más mínima utilidad, y sin embargo mis emociones todavía parecen originarse entre sus frías paredes. ¿Qué me pasa? ¿Me lo estoy imaginando todo? ¿Es un placebo? ¿Una ilusión optimista? En cualquier caso, siento que el encefalograma de mi vida se altera, formando montañas y valles con los latidos de mi corazón.» 

R es algo peculiar. Intenta pasárselo bien, pero es demasiado sensible y a veces se entristece. Tampoco ayuda que esté muerto, o casi muerto. Se pasa los días vagando por el aeropuerto abandonado donde vive sin saber muy bien qué sentido tiene su existencia. Hasta que conoce a Julie. 

R y Julie, un guiño moderno al clásico de Shakespeare Romeo y Julieta, es una historia de amor que esconde una fábula acerca de cómo vivimos dormidos, en estado catatónico, hasta que el amor irrumpe en nuestras vidas.

Este libro lo conocí a raíz de la publicidad dada a su adaptación cinematográfica y la verdad es que comenzó a despertar mi interés. Me resultaba muy extraño e interesante a la vez... ¿Un libro donde un zombi se enamora de una humana? Tras series tipo The Walking Dead te haces una idea en la cabeza y piensas: 'Imposible que un cadáver impulsado sólo por la sed de carne viva sea capaz de dejar a un lado su naturaleza y enamorarse de un humano vivito y colenado'. Y esa fue la razón principal por la que me atrajo leer esta historia.

Pero R y Julie no es un libro de zombis a la vieja usanza. Contiene esos toques y rasgos característicos tan comunes y típicos de series de televisión y películas apocalípticas donde los no muertos han dominado la población y sólo quedan unos pocos humanos resistiendo a la batalla y a la supervivencia por la raza humana, exterminando a aquellas criaturas sin vida. Pensé que me encontraría escenas de ese tipo cada dos o tres capítulos, pero me ha sorprendido bastante el giro que ha tomado la historia, jugando con la muerte y el estado 'zombilesco' como una metáfora del aletargamiento en el que nos solemos encontrar en nuestro día a día y cómo determinados sentimientos como el amor son capaces de sacarnos de ese estado perezoso y pasivo que nos inunda.

El libro está contando en primera persona por R, nuestro zombi protagonista, y me parece un gran punto a favor de la obra de Isaac Marion. Físicamente, R es como cualquier otro zombi: piel y ojos grisáceos, caminar pesaroso, ansias por la carne humana, sobre todo los cerebros... Sin embargo, interiormente, aún se oculta la vaga sombra de quien fue cuando seguía con vida. No recuerda su nombre, sólo que empieza por R, y apenas puede balbucear cuatro sílabas seguidas para comunicarse con otros no muertos como él; pero cuando nos adentramos en su mente, en sus pensamientos y en sus sentimientos descubrimos que las apariencias engañan y hay algo mucho mayor y vivo oculto tras toda esa máscara de piel podrida y en descomposición. Puede que la muerte le haya afectado físicamente, pero interiormente nos encontramos con un joven con sus dudas, temores y luchas, encantador, dulce y con ganas de cambiar el mundo y ayudar a su cambio; y pese a su incontrolable deseo por la carne humana y fresca, no puede evitar sentirse mal y lamentarse cada vez que esa sensación de hambruna le obliga a acabar con la vida de otro ser humano. Es una maldición, al fin y al cabo: o te alimentas o mueres definitivamente, y vivir 'no muerto' es una idea algo más alentadora que no vivir y punto.

Cuando R conoce a Julie, tras haberse comido el cerebro de su novio, recibe los recuerdos de éste, lo que le permite sentir una necesidad de protección y cariño inmediatos hacia Julie, moviéndole a protegerla y mantenerla a salvo de otros zombis. Así comenzará una relación peculiar y bastante rara, fuera de lo común, donde Julie se preguntará un millón de veces por qué esa criatura trata de protegerla del resto del mundo y por qué es tan diferentes a los demás zombis, mostrando actos y emociones prácticamente humanas. Mientras tanto, R comenzará a cambiar interiormente con ayuda de la voz de Perry, el novio de Julie, que se estancará en su cabeza, abriéndole la mente a recuerdos y hechos que le harán meditar sobre la humanidad, el surgimiento de la plaga (como se conoce la conversión a zombi), y las razones por las cuáles los humanos luchan tan encarecidamente contra ellos en vez de hallar una cura que podría hallarse delante de sus ojos y ser tan sencilla como tocar las palmas.

La verdad es que ese aspecto me ha gustado bastante: los humanos se enfrentan a los zombis sin pensarlo dos veces, los consideran la única amenaza que hay que erradicar; piensan que con la eliminación de todos los zombis que poblan la faz de la tierra el mundo volverá a ser lo que era, sin preguntarse o molestarse si quiera en averiguar cuál ha sido el desencadenante de que los muertos regresen desde sus tumbas. Sólo por el hecho de ser muertos vivientes los convierte en objetivos sin cuestionarse o plantearse si los propios zombis tienen conciencia, sentimientos y se sienten tan perdidos como ellos. No entienden que su sed por carne humana no es algo que puedan apagar como un interruptor. Es una necesidad básica. Igual que para cualquier humano es una necesidad básica beber agua y alimentarse, ellos han de alimentarse de carne fresca para seguir 'no-vivos', con el miedo cada vez más próximo de acabar transformándose en criaturas sin raciocinio y esqueléticas que denominan huesudos, la verdadera amenaza.

La relación entre R y Julie se forja lentamente y con reticencias (normal si tenemos en cuenta que R es un muerto viviente xD), primeramente de amistad para luego dar lugar a algo más profundo, aunque para nada romántico y empalagoso. El amor entre ellos va más allá de los besos apasionados y escenas a rebosar de azucarillos, centrándose en la comprensión y aceptación tal y como son, con sus virtudes y defectos. Así, se enfrentarán juntos a las tres fases en las que se divide el libro: 'Querer, Aceptar y Vivir', al tiempo que tratan de hacer ver al resto de los humanos que los zombis no son los malos de la película y que el afloramiento de determinados sentimientos puede hacerles salir de ese trance mortal en el que han caído presos, convirtiéndoles nuevamente en humanos de palpitante corazón y sangre circulando por las venas.

Como punto negativo destacaría la falta de información sobre el comienzo de la plaga y determinados aspectos esenciales para la trama que Isaac Marion deja a la imaginación del lector. Conformes avanzas la lectura vas intuyendo lo que pretende y el significado que quiere darle a la evolución que los zombis van notando paulatinamente, pero en ningún momento se aclara por qué el circuito eléctrico que comenzó a funcionar en el interior de R al conocer a Julie provoca una reacción en cadena. ¿Todos los zombis están conectados de alguna manera? ¿Sienten lo que sienten los demás? ¿Es intriga, sorpresa o extrañeza lo que les mueve a avanzar hacia el resurgir de un posible pasado del que no tienes recuerdos y un futuro más alentador? ¿Las ganas de acabar con una lucha equivocada de enemigo? Muchas preguntas a las que le puedo dar una respuesta algo próxima, pero no segura y acertada.

Cita favorita:

¿No piensas cosas nuevas? ¿No «buscas»? ¿Qué significa eso? ¿Que no buscas qué? ¿Música? ¡La música es la vida! Es una emoción física... ¡Se puede tocar! Es una energía sacada del alma y convertida en ondas acústicas para que el oído las consuma. ¿Qué me estás diciendo?, ¿que es aburrida? ¿Que no tienes tiempo para ella?

R y Julie es un libro sobre zombis peculiar y diferente, cargado de frases y cuestiones que bien podrían asimilarse a los problemas, dudas y aletargamientos que sufrimos en el día a día, pero no deja de ser una historia de amor entre criaturas incompatibles cuyas ganas por vivir y cambiar el mundo logran lo imposible.