Reseña: 'El Club de los Eternos 27' de Alexandra Roma

Título: El Club de los Eternos 27

Autora: Alexandra Roma

Editorial: Plataforma Neo

Páginas: 470

ISBN: 9788417114527

Julien Meadow era el chico de la eterna sonrisa, el que cantaba en el garaje con su hermano y el que se enamoró de unos ojos valientes ocultos tras una mecha rosa, los de Crysta.
Nunca hubiera esperado que, a raíz de un vídeo subido a YouTube, le llegaría la fama. De repente, su voz inundaba el mundo y su cara protagonizaba las noticias.
Julien debe hacer frente a un nuevo universo lleno de altibajos, lujo, descontrol y poder. Uno en el que te vuelves adicto a focos que queman y a palabras que muerden. Uno en el que echas de menos un abrazo de un gigante o que te besen con brochazos de pintura.
Todo el mundo sabe que Julien Meadow es el cantante con más éxito del plantea. Solo algunos recuerda que fue una persona.

Hoy os traigo la reseña de un libro que me ha dejado con mil y una emociones, una marejada de sentimientos que no para de subir y bajar a lo largo de la lectura y que termina por sobrecoger el corazón y enamorarte por completo por el romance que se desarrolla de forma pausada a lo largo de sus páginas y por el mensaje y la evolución que experimentan sus personajes. Es una lectura que recomiendo a todo amante del género. Hace un par de años leí la anterior novela de la autora 'Hasta que el viento te devuelva la sonrisa' y podéis leer su reseña en el blog.

En El Club de los Eternos 27 conocemos a Julien, un chico de buen corazón que quiere con locura a su hermano mayor, Jeremy, al que trata de proteger de todos los niños que se ríen de él y le echan a un lado. Jeremy es diferente, es especial y nadie quiere acercase a él, hasta que conocen a Crysta, una niña con cara de duende que acepta la amistad de Jeremy sin importarle nada más. En ese momento, Crysta se vuelve indispensable en la vida de Jeremy, en su día a día, un rayo de luz que le permite sonreír, disfrutar y sentirse querido y arropado, y Julien se verá irremediablemente atraído y sorprendido por la tranquilidad y el calor que transmite esa niña, sintiéndose también en la necesidad de protegerla del mundo, sobre todo cuando, tras un terrible accidente, Crysta pierde su pierna y, con ella, la sonrisa y el brillo en sus ojos. Y así, Julien empezará a disfrutar también de la compañía de Crysta, convirtiéndose en otro de los pilares fundamentales de su vida, junto a su hermano. Con el paso de los años, Crysta no solo será la salvación de Jeremy, sino también la de Julien, más aún cuando sus caminos se separen y Julien se convierta en la estrella musical del momento, siendo arrastrado tanto por lo bueno como por lo malo de la fama y el éxito. Solo la imagen y el recuerdo de Crysta y Jeremy le ayudarán a encontrar el camino de vuelta a casa.

La novela está narrada en primera persona con capítulos alternos entre Julien y Crysta, y abarca un largo período de tiempo, desde que ambos son unos críos hasta que cumplen 27 años. A lo largo de los capítulos seremos testigos del paso del tiempo, de la unión de los personajes, de la evolución de su relación y sentimientos, dejándonos con un momento presente, a la edad de 27 años en el que Julien y Crysta tendrán que hacer frente a todo lo que han dejado atrás, a los cambios y decisiones que han tomado en su vida y que les han llevado al momento presente; los errores, la distancia, los miedos, la redención y la aceptación. Es una lectura conmovedora, desgarradora y apasionante que sabe equilibrar a la perfección el romance y el amor fraternal y, en serio, es toda una maravilla.

Los personajes están cargados de humanidad, con gran sensibilidad y profundidad en su desarrollo. Se sienten cercanos y es muy fácil conectar con ellos y empatizar con sus emociones y dudas. Julien es el personaje por el que he sentido mayor debilidad, un chico que, desde el inicio, muestra un corazón de oro, bondadoso y cariñoso con los suyos y que, en el camino hacia alcanzar su sueño, termina descarrilando y corrompiéndose a sí mismo, convirtiéndose en alguien a quien no reconoce. Su evolución me ha dejado con el corazón destrozado y a la vez enamorada por su capacidad para encontrar un resquicio de luz y aspirar a algo más, a volver a ser el que era. Crysta, por otro lado, es un personaje con un inicio a la inversa de Julien. Tras el accidente su vida pierde color y sus sueños se desvanecen en el aire. Pero Julien volverá a darle luz a sus días y se convertirá en su brújula, en su impulso para volver a soñar y luchar por alcanzar sus metas en la vida. Crysta comienza siendo una chica introvertida y reservada, con miedo a dejar entrar en su vida a personas que no la entiendan o sientan pena por ella. Sin embargo, con el paso de las páginas aprende a valorarse, a dejar su discapacidad atrás y ver a través de los ojos de quienes la quieren y aprecian, a entender que la pérdida de una pierna no es razón suficiente para poner tu vida en paso y no perseguir tus sueños, simplemente una piedra en el camino con la que hay que aprender a convivir y trabajar más duro para alcanzar eso sueños que creía perdidos.

También tenemos a Jeremy, otro personaje adorable y al que se le coge cariño de inmediato. Un chico de corazón puro, sincero y adorable; Lucas, el mejor amigo de Julien; y Dana, amiga de Crysta. Hay más personajes que pasan por la vida de los personajes durante todos esos años, pero no dejan tanta huella como los mencionados. 

La trama sobrecoge y deja un claro mensaje desde el principio: los sueños no entienden de minusvalías o discapacidades, todos los sueños son alcanzables si tienes a tu lado a las personas adecuadas. Pero también nos enseña que el dinero no da la felicidad y que la persona más rica no se encuentra rodeada de lujos y dinero, sino de corazones y seres queridos que llenan nuestra existencia de recuerdos y experiencias que atesorar y a las que aferrarnos cuando perdemos el camino. 

Alexandra Roma vuelve a desarrollar una historia cargada de emotividad y de mensajes que nos invitan a vivir el día a día, a atesorar cada momento, cada persona que está a nuestro lado y, en definitiva, a agradecer lo que tenemos. La novela es bastante extensa pero no afecta al ritmo de la historia y me la he ventilado sin apenas darme cuenta. El final nos dejará con las emociones a flor de piel; un final sorprendente, inesperado y sobrecogedor, pero cargado de significado.

En resumen, 'El Club de los Eternos 27' es una novela cargada de emotividad y de mensajes que nos invitan a vivir el día a día, a atesorar cada momento, cada persona que está a nuestro lado y, en definitiva, a agradecer lo que tenemos. Una lectura conmovedora, desgarradora y apasionante que sabe equilibrar a la perfección el romance y el amor fraternal y, en serio, es toda una maravilla.