Título: Buscando a Audrey
Autora: Sophie Kinsella
Editorial: Puck
Páginas: 288
ISBN: 978-950-788-270-8
A veces el mero hecho de salir de casa puede representar un enorme desafío…
Desde que sufrió un terrible episodio de acoso en la escuela, Audrey, de catorce años, se niega a dar un paso fuera de su hogar o a relacionarse con nadie que no sea de su familia. Las gafas oscuras y la capucha de la sudadera se han convertido en sus mejores aliadas. Hasta que conoce a Linus, un compañero de videojuegos de su hermano mayor. Y experimenta una fuerte conexión que despierta en Audrey el intenso deseo de salir de su caparazón…
Un largo viaje acaba de empezar. Por suerte para ella, Audrey no tendrá que emprenderlo en solitario. Cuenta con la inteligencia de su psicoterapeuta, con el cariño de su familia, con el ingenio y el humor de Linus. Pero, por encima de todo, cuenta consigo misma.
Esta es la segunda novela que leo de esta autora, una historia totalmente diferente a lo que conocía de ella, pues la anterior Mi Vida (No Del Todo) Perfecta va dirigida a un público más adulto y se centra en otros temas más maduros, aunque también con un toque divertido y ameno como Buscando a Audrey.
Buscando a Audrey es una novela dirigida a un público juvenil y cuya trama se centra en una joven de catorce años que, en primera persona, nos narra el día a día de su caótica familia y, al mismo tiempo, su lucha por recuperarse de las secuelas que le ha dejado el acoso escolar que sufrió durante su último año y que, en la actualidad, la mantiene encerrada en casa, con miedo a cualquier tipo de contacto con desconocidos y ocultando su mirada con unas enormes gafas de sol. A través de un proyecto que le asigna su psicoterapeuta y que consiste en hacer un documental de su familia, grabando todo lo que hacen y hablan en su día a día, Audrey se verá cada vez más segura de sí misma y con mayor capacidad para mantener a raya su ansiedad. Además, contará con la ayuda de Linus, el mejor amigo de su hermano mayor.
La novela nos permite conocer en primera persona y de forma sutil y delicada cómo es estar en la piel de Audrey, una joven que ha sido acosada en el colegio y que ahora sufre las consecuencias de ese maltrato, asistiendo a terapia, tratando de empezar de nuevo, de adquirir la confianza en sí misma que le han quitado y, sobre todo, a mirar al futuro con positividad. Además, aunque desde el principio sabemos que Audrey ha sido víctima de acoso en el colegio, no conocemos todos los datos y los vamos descubriendo poco a poco conforme nos vamos acercando al final de la historia, y es un punto a favor de la novela, dándole mayor intriga y peso a la evolución de Audrey, la cual vemos cómo marcha lentamente, buscándose a sí misma y aceptándose poco a poco de nuevo.
Audrey es una joven que, dentro de su proceso de recuperación, no pierde el humor y su particular forma de ser, tratando de quitarle hierro al asunto. Es una chica divertida y elocuente y con una familia de locos que aportan también su parte cómica a la historia. Su madre, Anne, es una mujer preocupada Audrey y por las horas que pasa su hijo mayor, Frank, frente al ordenador jugando a Land of Conquerors, un mal hábito que, entiende, le está atrofiando el cerebro. Las disputas entre los dos son constantes y la preocupación exagerada de Anne resulta de lo más graciosa, aunque no deja de ser también realista dentro de la exageración (Seguro que hay madres así, o casi xD). También tenemos a Chris, padre y marido, que está entre medio de esas disputas y siempre actúa como como Suiza: o calla o no se posiciona; y Félix, el hermano pequeño, un crío adorable. Y también tenemos a Linus que, aún no siendo miembro de esta alocada familia, tiene su papel importante en la historia, en especial para Audrey. Linus es un chico dulce e inocente que congenia rápidamente con Audrey, haciéndola salir de su zona de confort para probarse a sí misma y demostrar que puede con todo lo que se proponga. La verdad es que me ha gustado mucho su personaje y la relación que forja con Audrey. La vida de esta familia hace que te sientas identificado con todos ellos y el drama adornado en clave de humor hacen de Buscando a Audrey una historia de lo más entretenida.
La pluma de Sophie Kisella es adictiva, alternando capítulos narrados en primera persona por Audrey con otros relatados a modo de guion al tratarse de momentos grabados a cámara por Audrey por el proyecto encomendado por su terapeuta. Todo esto hace que la lectura sea ligera y amena, acercándonos a una trama de superación y con un mensaje muy bonito de la mano de su protagonista: hay que ir siempre caminando hacia delante, pero eso no significa que la vida no esté llena de altibajos, y así debe ser. La vida no consiste en una línea recta ascendente, sino en disfrutar día a día, equivocándonos y aprendiendo, cayéndonos y levantándonos; la vida es una montaña rusa de constante aprendizaje. Y qué mejor trayecto que con la compañía de tus series queridos, por muy alocados que estén.
En resumen, 'Buscando a Audrey' es una novela divertida, ligera y amena que nos presenta una trama de superación con un mensaje muy bonito de la mano de su protagonista: la vida está llena de altibajos, y así debe ser. La vida no consiste en una línea recta ascendente, sino en disfrutar día a día, equivocándonos y aprendiendo, cayéndonos y levantándonos; la vida es una montaña rusa de constante aprendizaje.
Buscando a Audrey es una novela dirigida a un público juvenil y cuya trama se centra en una joven de catorce años que, en primera persona, nos narra el día a día de su caótica familia y, al mismo tiempo, su lucha por recuperarse de las secuelas que le ha dejado el acoso escolar que sufrió durante su último año y que, en la actualidad, la mantiene encerrada en casa, con miedo a cualquier tipo de contacto con desconocidos y ocultando su mirada con unas enormes gafas de sol. A través de un proyecto que le asigna su psicoterapeuta y que consiste en hacer un documental de su familia, grabando todo lo que hacen y hablan en su día a día, Audrey se verá cada vez más segura de sí misma y con mayor capacidad para mantener a raya su ansiedad. Además, contará con la ayuda de Linus, el mejor amigo de su hermano mayor.
La novela nos permite conocer en primera persona y de forma sutil y delicada cómo es estar en la piel de Audrey, una joven que ha sido acosada en el colegio y que ahora sufre las consecuencias de ese maltrato, asistiendo a terapia, tratando de empezar de nuevo, de adquirir la confianza en sí misma que le han quitado y, sobre todo, a mirar al futuro con positividad. Además, aunque desde el principio sabemos que Audrey ha sido víctima de acoso en el colegio, no conocemos todos los datos y los vamos descubriendo poco a poco conforme nos vamos acercando al final de la historia, y es un punto a favor de la novela, dándole mayor intriga y peso a la evolución de Audrey, la cual vemos cómo marcha lentamente, buscándose a sí misma y aceptándose poco a poco de nuevo.
Audrey es una joven que, dentro de su proceso de recuperación, no pierde el humor y su particular forma de ser, tratando de quitarle hierro al asunto. Es una chica divertida y elocuente y con una familia de locos que aportan también su parte cómica a la historia. Su madre, Anne, es una mujer preocupada Audrey y por las horas que pasa su hijo mayor, Frank, frente al ordenador jugando a Land of Conquerors, un mal hábito que, entiende, le está atrofiando el cerebro. Las disputas entre los dos son constantes y la preocupación exagerada de Anne resulta de lo más graciosa, aunque no deja de ser también realista dentro de la exageración (Seguro que hay madres así, o casi xD). También tenemos a Chris, padre y marido, que está entre medio de esas disputas y siempre actúa como como Suiza: o calla o no se posiciona; y Félix, el hermano pequeño, un crío adorable. Y también tenemos a Linus que, aún no siendo miembro de esta alocada familia, tiene su papel importante en la historia, en especial para Audrey. Linus es un chico dulce e inocente que congenia rápidamente con Audrey, haciéndola salir de su zona de confort para probarse a sí misma y demostrar que puede con todo lo que se proponga. La verdad es que me ha gustado mucho su personaje y la relación que forja con Audrey. La vida de esta familia hace que te sientas identificado con todos ellos y el drama adornado en clave de humor hacen de Buscando a Audrey una historia de lo más entretenida.
La pluma de Sophie Kisella es adictiva, alternando capítulos narrados en primera persona por Audrey con otros relatados a modo de guion al tratarse de momentos grabados a cámara por Audrey por el proyecto encomendado por su terapeuta. Todo esto hace que la lectura sea ligera y amena, acercándonos a una trama de superación y con un mensaje muy bonito de la mano de su protagonista: hay que ir siempre caminando hacia delante, pero eso no significa que la vida no esté llena de altibajos, y así debe ser. La vida no consiste en una línea recta ascendente, sino en disfrutar día a día, equivocándonos y aprendiendo, cayéndonos y levantándonos; la vida es una montaña rusa de constante aprendizaje. Y qué mejor trayecto que con la compañía de tus series queridos, por muy alocados que estén.
En resumen, 'Buscando a Audrey' es una novela divertida, ligera y amena que nos presenta una trama de superación con un mensaje muy bonito de la mano de su protagonista: la vida está llena de altibajos, y así debe ser. La vida no consiste en una línea recta ascendente, sino en disfrutar día a día, equivocándonos y aprendiendo, cayéndonos y levantándonos; la vida es una montaña rusa de constante aprendizaje.
¡Hola! Fue la primera novela que leí de la autora hace un par de años y en mi caso no puedo decir que tuviese tanta suerte con ella. Audrey como personaje se me hizo completamente desesperante y eso hizo que no llegase a disfrutar de la historia.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Hola. No conozco a esta autora y buscaré sus libros.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Holi!!
ResponderEliminarA pesar de que la trama parece interesante por el tipo de tema que plantea, no es de mi estilo de lecturas.
Pero me lo dejaré anotado por si en algún momento me animo a darle una oportunidad.
Un beso!