Crítica: Pacific Rim

Título: Pacific Rim

Año: 2013

Director: Guillermo del Toro

Guión: Travis Beacham, Guillermo del Toro 

Reparto: Charlie Hunnam, Idris Elba, Rinko Kikuchi, Charlie Day,  iego Klattenhoff, Burn Gorman, Max Martini, Robert Kazinsky, Clifton Collins Jr., Ron Perlman, Brad William Henke, Larry Joe Campbell, Mana Ashida, Santiago Segura, Joe Pingue

Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neural. Pero incluso los Jaegers proporcionan poca defensa ante los incansables Kaiju. A punto de la derrota, las fuerzas que defienden a la humanidad no tienen otra elección que recurrir a dos insólitos héroes: un ex piloto acabado (Charlie Hunnam) y un aprendiz que todavía no se ha puesto a prueba (Rinko Kikuchi). Ambos se unen para traer a un legendario pero al parecer obsoleto Jaeger del pasado. Juntos, son la última esperanza de la humanidad frente al Apocalipsis que se avecina.

Cuando terminé de ver esta película tuve que volverme a colocar la mandíbula desencajada en su sitio. No sabía qué esperarme de 'Pacific Rim', me la imaginaba como una especie de sucedáneo de 'Transformers' pero más a lo grande con luchas constantes entre los Jaegers y los Kaiju, y lo cierto es que me ha sorprendido muchísimo más de lo que me esperaba.

Quitando la comparación inicial que he hecho, algo inevitable cuando ves en el tráiler a robots casi del mismo diseño que luchan por salvar la tierra, cuando vas viendo la película se hace muy evidente que nada tiene que ver una película con otra (y que los Jaegers no son precisamente robots al uso).
En Pacific Rim, ante la constante invasión y destrucción del mundo provocada por unas criaturas llamadas Kaiju y que provienen de un portal interdimensonal que se ha abierto en el Pacífico, la humanidad no tiene modo de combatir a esos titanes acuáticos, hasta que crean los Jaegers, robots gigantes capaz de hacerles frente ante el Apocalipsis que se acerca. Estos Jaegers son controlados por dos pilotos cuyas mentes se conectan mediante un puente neural para convertirlos en uno y así poder manejar a los robots como si éstos tuvieran vida propia. Pero los humanos capaces de controlar a los Jaegers son cada vez menores, necesitan adiestramiento, compatibilidad genética y han de estar perfectamente coordinados, ya que será la sincronización de sus cerebros lo que hará que la máquina se mueva, algo que muy pocos poseen y los ataques de los Kaiju cada vez son más frecuentes. Toda la esperanza de la humanidad radica en un Jaeger algo obsoleto que trabaja con energía nuclear, en Raleigh Becket, un ex-piloto de Jaeger marcado por la pérdida de su hermano cuando aún estaba conectado a sus mente y al que el Marshall Stacker Pentecost recurre como último recurso, y una aprendiz de piloto que desea mostrar su valía en el control de los Jaegers.

Con tremenda historia está de más decir que la película se presenta cargada de una extraordinaria potencia visual, con una fotografía y unos escenarios que nos dejarán los ojos como platos. Es una superproducción que no da lugar al respiro, con criaturas monstruosas y gigantescas desolando todo lo que encuentran a su paso. Explosiones y destrucción aseguradas en cada frame.
Pero al mismo tiempo que disfrutamos de una buena película de acción y de ciencia ficción también nos encontramos con la parte humana de la historia, se indaga en el pasado de los personajes, en sus historias y en cómo cada situación límite en la que se han visto inmersos les han llevado a los diferentes puntos en los que se terminan encontrando, y en cómo les ha afectado, provocando que empaticemos con los personajes y sintamos un poco más de cercanía en una cinta donde lo que prima mayormente es la guerra entre Jaegers y Kaiju.

Al principio me resultó un poco raro ver a Charlie Hunnam fuera de su papel como Jax Teller en Sons of Anarchy, y cuando posteriormente apareció Ron Perlman mi cabeza estuvo a punto de sufrir un cortocircuito. Ver a los dos en la misma película, aunque no en la misma escena, me hizo recordar a esta serie que me gusta tanto. Ron Perlman y los dos científicos locos le dan el toque de humor a la cinta, algo que también se agradece y sienta bien como breve kit-kat a las más de dos horas sin descanso.

Sí es cierto que algunos personajes son simplones y la película posee un argumento un tanto escaso, pero la pequeña carga emocional que comentaba en el párrafo anterior al finalizar la película ayuda a crear algo mucho más dentro del marco apocalíptico entre robots y criaturas marinas que, al fin y al cabo, es el escenario que se nos quedará marcado en la retina al comenzar los créditos finales.

En resumen, Pacific Rim sabe cumplir y nos obsequia con más de dos horas de increíbles efectos especiales, destrucciones masivas y luchas titánicas. Aunque no tenga un argumento amplio es una película que se disfruta de principio a fin, compensando sus fallas argumentales con el despliegue en la guerra entre Jagers y Kaiju.