Cine: La Leyenda de Tarzán

Título: La Leyenda de Tarzán

Título original: The Legend of Tarzan

Año: 2016

País: Estados Unidos

Director: David Yates

Guión: Stuart Beattie, Craig Brewer, John Collee, Adam Cozad (Novela: Edgar Rice Burroughs)

Música: Rupert Gregson-Williams

Fotografía: Henry Braham

Reparto: Alexander Skarsgård, Margot Robbie, Christoph Waltz, Samuel L. Jackson, Djimon Hounsou, Jim Broadbent, John Hurt, Ella Purnell, Cali, Simon Russell Beale, Madeleine Worrall, Laurence Spellman, Lasco Atkins, Matthew William Jones, Casper Crump, Guy Potter

Ya hace años que Tarzán (Alexander Skarsgård) abandonó la jungla africana para llevar una vida aburguesada como John Clayton III, Lord Greystoke, junto a su esposa Jane (Margot Robbie). Pero un día le ofrecen el cargo de embajador en el Congo. En realidad, todo forma parte de un plan ideado por un capitán belga (Christoph Waltz), aunque los responsables de llevarlo a cabo no están preparados para ello. 

Uno siempre va a ver películas de este tipo con algo de miedo en el cuerpo por saber qué se puede encontrar. Sólo hay dos vías posibles: o te encanta el resultado o te dedicas a despotricar todo lo que no te ha gustado, y más tratándose de una película con un personaje como Tarzán, el cual ya ha tenido producciones previas, algunas con más pena que gloria, tanto en la pequeña como en la gran pantalla, incluyendo película Disney animada. Pero, la verdad, sólo por la majestuosidad que muestra el tráiler y el reparto tan bueno y reconocido, diría que La Leyenda de Tarzán ha estado a la altura de mis expectativas. Me lo he pasado en grande viéndola y las dos horas que dura ni las he notado. Así que, por mi parte, puedo decir que el resultado me ha gustado muchísimo.

La cinta nos presenta a un Tarzán ya acomodado en Londres, y que ahora se hace llamar John Clayton III, felizmente casado con Jane, y con una importante posición dentro de la Cámara de los Lores. Por ese motivo, y como parte de una estratagema ideada por el gobierno belga, John es invitado para constatar los avances que el Rey belga ha hecho con su gobierno en las colonias del Congo. Sin embargo, el verdadero objetivo de esa invitación es entregar a Tarzán a los nativos como moneda de cambio para explotar las minas de la zona en busca de diamantes con los que comprar y mantener a su ejército de esclavos. John rechaza la invitación, pero un estadounidense que sospecha de los verdaderos tejemanejes del gobierno belga, acaba convenciéndole, y junto a él y su esposa, Jane, regresan a las tierras que lo vieron crecer como la gran leyenda de Tarzán.

La película me ha gustado por muchas razones: efectos especiales fantásticos y un trama lineal pero muy bien llevada que consigue atraparte y disfrutar pero, sobre todo, lo que más me ha maravillado de esta producción ha sido cómo se muestra la relación y la conexión de Tarzán con los animales, con su familia animal. Lejos de la vida de lujos que puede mantener en Londres, John siempre será y formará parte de la selva, y es algo que queda demostrado una vez que vuelve a pisar la sabana y se reencuentra con aquellos animales con los que creció. Me ha resultado sumamente entrañable y bonito todos los escenarios con animales y lo mucho que se transmite en esas escenas. Una simple mirada animal ha hecho emocionarme más que cualquier otro diálogo. En eso también hay que aplaudir al trabajo de efectos especiales y ordenador que hay de fondo pues todos los animales: gorilas, elefantes, hipopótamos, avestruces, leones... están perfectamente diseñados; y la personalidad que le han otorgado, con esos gestos y esas miradas que logran traspasar la pantalla, es lo que más me ha cautivado.

Otro punto que también me ha gustado es que en ningún momento se ha tratado de humanizar más de la cuenta a Tarzán. En su naturaleza está esa dualidad entre lo humano y lo animal, que es lo que lo caracteriza y le hace diferente al resto, y se mueve por los instintos más básicos de amor, familia y lealtad. Como ya dice Tarzán en un momento dado de la película: cuando vivía en la selva no conocía el honor; estaba consumido por su naturaleza más salvaje y actuaba y mataba por amor y lealtad a los suyos. Ahora, tras un tiempo en Londres, podría decirse que se ha reformado, se ha vuelto todo un caballero con modales y sin instintos salvajes, pero es difícil dejar atrás lo que uno es y, cuando le tocan lo que más quiere en el mundo, la impulsividad vuelve a hacerse hueco. Si esperábamos ver a un héroe moralmente correcto y con una actitud impoluta nos habremos equivocado de película. La cruzada en la que se embarca Tarzán por su familia y amigos le moverá a luchar, atacar y defender a los suyos con uñas y dientes, haciendo uso de todo lo que aprendió y le dio la selva.

Durante el desarrollo de la historia también nos encontramos con flashbacks que muestran sucesos del pasado en la historia de John, desde la tiernísima escena que me hizo viajar a la película de Disney con la gorila junto a la cuna de Tarzán; hasta la forma en que conoció a Jane. Lo cierto es que no me hubiese importado que se profundizase un poco más en el romance entre Jane y Tarzán, en ese tramo que nos dan por sabido y contado al comenzar la película mostrándonos a la pareja feliz y asentada en Londres.

En cuanto a los actores, tengo que hacer especial mención a Alexander Skarsgård; un Tarzán creíble, comedido y lleno de pasión y ternura, además de ser todo músculo y cuerpo, que ha sabido emocionarme con las escenas con su familia animal. Margot Robbie como Jane es adorabilidad pura. Y Samuel L. Jackson ha sido el toque divertido de la cinta como el humano que trata de seguir el ritmo de Tarzán por la selva y que siempre acaba rezagado, por un lado, pero también como leal amigo y persona de honor dispuesta a desmantelar las malas prácticas de esclavitud del Rey Leopoldo de Bélgica.

La única mini-pega queda en los efectos especiales de lucha o cuando Tarzán salta de una liana a otra, donde sí que se podía apreciar el trabajo de ordenador. La verdad es que con el magnífico trabajo que han hecho con los animales, me ha dejado un regusto amargo que, en lo referente a escenas de acción y más movimiento, el croma y los efectos especiales se hayan visto menos trabajados.

En resumen, 'La Leyenda de Tarzán' es una cinta con la que he disfrutado muchísimo, no sólo en trama y acción sino también en la calidad de los efectos visuales de cara a la creación y personificación de los animales y la forma de interactuar con Tarzán, un personaje interpretado por un Alexander Skarsgård de diez. Una película que recrea la leyenda del Rey de la Selva mostrando una versión basada en la lealtad y el amor hacia una familia que no conoce distinciones de etnias o especies; y con un trasfondo histórico que da más emoción y peso al argumento.