Reseña: 'Morir No Es Tan Fácil' de Belinda Bauer

Título: Morir No Es Tan Fácil

Autora: Belinda Bauer

Editorial: Roca Editorial

Páginas: 352

ISBN: 9788416306169

El cuerpo que Patrick Fort está examinando en clase de anatomía intenta decirle que ha sido víctima de un asesinato. La vida ya es suficientemente extraña para el obsesivo Patrick, que padece el síndrome de Asperger, incluso antes de tratar de resolver un posible homicidio. Sin embargo, se verá obligado a unir las sutiles piezas de un rompecabezas a través de pistas silenciosas que gritan por existir, en una sofisticada investigación que le hará sentirse vivo mientras tiene la muerte muy cerca.
Galardonada con el Premio Theakstons Old Peculier de Novela Negra 2014 por ser, según los miembros del jurado, «una obra totalmente absorbente y brillantemente escrita», Morir no es tan fácil es también una novela original y única, que inaugura una nueva manera de entender el thriller psicológico, y que llevará al lector hacia nuevos territorios: el de la perplejidad, la sonrisa extraña, el humor negro, el asombro y el miedo, con un final tan brillante como sorprendente.

Este libro me llamó primeramente la atención por la portada y el título. Luego, cuando leí la sinopsis y entendí que se trataba de un thriller psicológico, decidí zambullirme de cabeza, y más aún cuando el protagonista no se enmarcaba en el habitual detective de homicidios que entre pistas y callejones sin salida trata de desenmarañar el siniestro y extraño asesinato de algún que otro personaje.

En Morir No Es Tan Fácil nos encontramos con Patrick, un chico de 18 años con síndrome de Asperger en su primer año de universidad, asistiendo a clases de Anatomía. Desde que su padre falleció cuando apenas era un crío atropellado por el conductor de un vehículo que se dio a la fuga, Patrick vive obsesionado con la muerte, con comprender cómo es el cuerpo humano por dentro y que es lo que hace que funcione o deje de funcionar como corresponde. Por ello, se apunta al curso de Anatomía de la Facultad y, junto a otros estudiantes, dedicará el curso entero a diseccionar cadáveres. A Patrick y a tres compañeros más les tocará diseccionar el cadáver número 19, un nombre de mediana edad, para averiguar la causa de la muerte, pero Patrick no estará conforme con la misma, entendiendo que hay algo que no cuadra en la causa oficial de la muerte, hasta tal punto de pensar que pudo haber sido asesinado y realizar sus propias pesquisas con el fin de hacerse oír, de destapar la verdad y de detener al culpable antes de que acabe también con su vida por acercarse demasiado a la verdad.

La novela se divide en varias tramas y subtramas que se van entrelanzando y unificando conforme avanza la historia y empiezan a encajar las piezas del rompecabezas que se nos presenta. Por un lado tenemos la historia de Patrick, nuestro protagonista por excelencia. Es un personaje muy peculiar y rico en matices que hará de esta lectura algo diferente y único, alejado como ya comentaba de los tópicos de la novela negra donde el detective de homicidios siempre lleva la voz cantante. Al sufrir el síndrome de Asperger, Patrick es un joven difícil de tratar y comprender. Es un chico muy inteligente pero también bastante obsesivo y maniático con sus cosas, carece de empatía hacia los demás, no entiende la ironía y el sarcasmo y no soporta el contacto físico, ni siquiera con su propia familia, por lo que relacionarse con los demás es una actividad que no se le da muy bien.

Patrick es un personaje que hace de la lectura algo especial y adictivo. Sus contestaciones y obsesiones, y su empeño en descubrir la verdad, aunque eso signifique incumplir normas e incluso infringir la ley, movido por su empeño de averiguar la verdadera causa de muerte del cadáver número 19 y por comprender un poco más la anatomía del cuerpo humano, hacen de su evolución personal lo más destacable de la historia. El síndrome de Asperger seguirá guiando su vida, destacando por su obsesión y su modo de ver y entender el mundo y las personas, pero a lo largo de la novela, se evidencia el esfuerzo que lleva a cabo para entender mejor lo que es la tristeza o la alegría, de discernir las emociones humanas y la necesidad del contacto humano y las banalidades de la vida. Es un personaje al que llegas a cogerle mucho cariño y en cierto punto admiración por lo decisivo y seguro de sí mismo que es. Pese a no entender la forma de ser de los demás, sabe a ciencia cierta que su instinto no le falla, que hay algo turbio en la muerte del cadáver número 19 y por mucho que los demás se nieguen a creerle, no ceja en la idea de descubrir la verdad y lograr que las cosas vuelvan a su cauce: demostrar que siempre ha tenido razón, que el cadáver número 19 fue asesinado y que el culpable descanse entre rejas por el crimen cometido.

Por otro lado, tenemos la historia de Sam, un hombre de mediana edad que se despierta del coma completamente paralizado, sin la capacidad de hablar ni de moverse. Es capaz de oír, ver y pensar pero no puede comunicarse ni mover ninguna parte del cuerpo. A través de este personaje sentiremos su agonía y desesperación al verse atrapado en el interior un cuerpo inerte e inútil que no responde a las órdenes que le envía su cerebro. Día tras día se esfuerza por hacerse oír, porque le presten atención. Cuando abrió los ojos por primera vez tras el coma, fue testigo de algo que quedó grabado a fuego en su retina: un asesinato en el propio hospital, y necesita informar de lo ocurrido antes de que vuelva a suceder.

La verdad es que es una elección curiosa de protagonistas: uno ve las cosas diferentes al resto, y el otro es un mero espectador de todo lo que le rodea, incapaz de comunicarse con los demás. Pero, aún así, el argumento fluye de manera natural y adictiva, haciéndote partícipe de la visión de cada uno de forma separada hasta que se cruzan sus caminos e investigaciones.

También tenemos otras subtramas y personajes secundarios que amenizan el carácter detectivesco y de suspense, como la madre de Patrick y Tracy, la enfermera de Sam. A través de la madre de Patrick conocemos el sufrimiento, la frustración y el dolor de no ser capaz de conectar con su hijo, de no entenderlo y de no saber tratarlo debido a su condición. Es una parte cruda y difícil que nos abre los ojos a la otra realidad que rodea al síndrome de Asperger: la forma en que familiares y amigos sobrellevan el tratar con alguien con dicha condición, donde puede suponer una carga como en el caso de la madre de Patrick, o algo sin importancia, como en el caso de su padre. Además, el fallecimiento del padre de Patrick también será una constante en la historia, no sólo porque la obsesión de Patrick por la vida y la muerte nació a raíz de perderlo, sino también porque ciertas incógnitas en torno a su muerte terminarán por salir a la luz. La historia de Tracy es la única que me ha sobrado, pero también tiene su grado de intriga, sobre todo por comprender qué pinta en medio de todo lo que se plantea.

La pluma de la autora logra introducirte con gran agilidad en la mente de los diferentes personajes, haciendo que empatices con cada situación y punto de vista. La narración destaca por los diálogos y por una prosa que logra envolverte, con descripciones muy explícitas sobre disecciones y anatomía humana con la que tendremos que reforzar el estómago si somos algo aprensivos.

En resumen, 'Morir No Es Tan Fácil' es una novela de misterio con una historia muy bien desarrollada y con un personaje poco visto en este género: diferente, curioso e intrigante que no descansará hasta descubrir la verdad. Las subtramas se van enlazando con la principal de manera muy acertada y captando la atención del lector hasta el final, devorando las página sin apenas darte cuenta.