Título: Hotel de las Musas
Autora: Ann Kidd Taylor
Editorial: Suma
Páginas: 368
ISBN: 9788491291817
Durante un día de playa en Florida en 1988 Maeve Donnelly vive dos momentos extraordinarios: primero, Daniel, el chico de sus sueños, la besa; segundo, un tiburón de puntas negras la muerde. Dieciocho años más tarde, y convertida en una reconocida bióloga marina, Maeve regresa al excéntrico hotel regentado por su abuela en la idílica isla en la que creció.
Y allí descubre algo más que los atardeceres de ensueño y las tartas de lima que tanto ha echado de menos. Un encuentro fortuito la devuelve a una inesperada encrucijada: ¿será capaz de perdonar a Daniel, el primer amor que dejó atrás, sus errores de juventud y retomar su historia? ¿O debe tomar en serio lo que comienza a sentir por Nicholas, el guapo colega que comparte su pasión por el océano?
Conocí la novela a raíz de una nota de prensa de la editorial y me animé a pedir un ejemplar a ver qué tal. El resultado ha sido muy bueno, mucho mejor del esperado, pues no nos encontramos solo ante una historia de amor en una isla paradisíaca, sino también con una trama de superación y avance tanto emocional como personal, y es un aspecto que me ha gustado mucho.
Maeve, nuestra protagonista, es una bióloga marina que descubrió y se enamoró de los tiburones a la temprana edad de 12 años, justo el día en que un tiburón limón le mordió en la pierna y le dejó un recuerdo en forma de cicatriz de más de treinta centímetros. Además, ese mismo día Daniel, el chico de sus sueños, la besó, dando inicio a una bonita amistad que continuó durante años, hasta que, a pocos meses de casarse con él, Daniel hizo algo imperdonable. Ahora, dieciocho años más tardes, Maeve ha decidido volver al hotel de su abuela, el Hotel de las Musas, donde se crió y pasó los mejores años de su infancia. Allí, volverá a encontrase con Daniel y los sentimientos enterrados encontrarán el modo de volver a florecer. Pero Maeve hace mucho que trató de olvidar y ahora tiene a Nicholas... ¿Qué hará? ¿Podrá Maeve perdonar a Daniel, su primer amor, o decidirá jugarse las cartas con Nicholas, el joven por el que empieza a sentir algo? Y entre dudas y encuentros románticos... alguien se dedica a matar tiburones y traficas con sus aletas en el mercado negro. ¿Será capaz Maeve de desenmascarar a los culpables antes antes de que se cobren la vida de más tiburones?
En Hotel de las Musas nos encontramos con dos tramas que se complementan a la perfección. Por un lado, tenemos la historia romántica y el triángulo amoroso entre Maeve, Daniel y Nicholas, pero no es un triángulo amoroso de los que chirrían o echan para atrás. Aquí nos encontramos con un inicio de trama donde Maeve está a gusto con Nicholas, un compañero de trabajo y apasionado de las rayas marinas que le ayuda en su investigación con los tiburones; una persona con la que comparte aficiones, profesión y forma de vida. Es una relación aún en pañales, pero se sobreentiende que lleva meses labrándose y va viento en popa, con algún que otro bache que Nicholas tratará de solucionar. Y también nos encontramos con Daniel, ese primer amor con el que Maeve estuvo a punto de contraer matrimonio y cuyo recuerdo sigue rumiando. Su reencuentro hará resurgir no sólo viejos sentimientos sino también viejas heridas que creía curadas, dando paso a una encrucijada donde Maeve tendrá que sopesar si merece la pena olvidar y volver con Daniel, o si debería pasar página y darle una oportunidad a lo que está empezando a sentir por Nicholas.
Y, por otro lado, tenemos un escenario de suspense y acción relacionado con la profesión de Maeve y sus preciados tiburones: alguien está asesinando a crías de tiburón, cortándoles las aletas para venderlas en el mercado negro y lucrarse con ello. Movida por su amor por el mar y todas las criaturas marinas, en especial los tiburones, Maeve investigará el asunto, poniéndose en el punto de mira de las personas que hay detrás de ese negocio ilegal.
Los personajes tienen una evolución más que notable a lo largo de la novela. Maeve es el personaje que más ha crecido y con el que es sencillo identificarse y empatizar. Maeve es una mujer enamorada de su trabajo y de los animales marinos que ha vivido atormentada por su pasado, dolida y llena de miedo y rencor por lo que le hizo Daniel, aquella persona con la que pensó que pasaría el resto de su vida. Pero, con todo, es una mujer que ha sabido recomponerse y buscar la vida que siempre ha deseado aunque, para ello, tenga que remover un poco el pasado y plantearse una perspectiva diferente.
Nicholas es un personaje que también me ha gustado por su forma de ser y de actuar de cara a los problemas que se le presentan con Maeve. Es un hombre que tiene claro lo que quiere y que también hace bastante cuenta de ello.
Daniel quizá es el que menos evolución tiene pero hay algo en su vida, que no voy a revelar para mantener la incertidumbre, que es clave para la evolución de Maeve, para que se dé cuenta de lo que quiere realmente en su vida y se lance en su búsqueda.
También tenemos a Robin, el hermano mellizo de Maeve, un poco bala perdida, y a su abuela, todo un encanto y buena consejera.
Hotel de las Musas es una novela llena de amor por los animales marinos, por la vida, por los demás, dentro de un entorno de mar y sol que es ideal para su lectura en época estival. Ann Kidd Traylor nos trae una trama en principio sencilla y de romance adulto que se va complicando conforme más nos adentramos en la lectura por la historia de crecimiento personal, la búsqueda de ese lugar en el mundo, y por la investigación y suspense en relación al mercado negro de aletas de tiburón. En cuanto al desenlace, no ha sido el esperado (o típico) pero sí el necesario y perfecto para una historia donde el encontrarse a uno mismo y lo que nos completa en la vida le gana batalla al apartado romántico.
En resumen, 'Hotel de las Musas' es una novela a simple vista sencilla y centrada en el romance que termina desarrollando una trama donde el crecimiento personal cobra gran importancia. Y todo ello aderezado con un poco de suspense e investigación en torno a las criaturas marinas que tanto adora la protagonista: los tiburones.
Maeve, nuestra protagonista, es una bióloga marina que descubrió y se enamoró de los tiburones a la temprana edad de 12 años, justo el día en que un tiburón limón le mordió en la pierna y le dejó un recuerdo en forma de cicatriz de más de treinta centímetros. Además, ese mismo día Daniel, el chico de sus sueños, la besó, dando inicio a una bonita amistad que continuó durante años, hasta que, a pocos meses de casarse con él, Daniel hizo algo imperdonable. Ahora, dieciocho años más tardes, Maeve ha decidido volver al hotel de su abuela, el Hotel de las Musas, donde se crió y pasó los mejores años de su infancia. Allí, volverá a encontrase con Daniel y los sentimientos enterrados encontrarán el modo de volver a florecer. Pero Maeve hace mucho que trató de olvidar y ahora tiene a Nicholas... ¿Qué hará? ¿Podrá Maeve perdonar a Daniel, su primer amor, o decidirá jugarse las cartas con Nicholas, el joven por el que empieza a sentir algo? Y entre dudas y encuentros románticos... alguien se dedica a matar tiburones y traficas con sus aletas en el mercado negro. ¿Será capaz Maeve de desenmascarar a los culpables antes antes de que se cobren la vida de más tiburones?
En Hotel de las Musas nos encontramos con dos tramas que se complementan a la perfección. Por un lado, tenemos la historia romántica y el triángulo amoroso entre Maeve, Daniel y Nicholas, pero no es un triángulo amoroso de los que chirrían o echan para atrás. Aquí nos encontramos con un inicio de trama donde Maeve está a gusto con Nicholas, un compañero de trabajo y apasionado de las rayas marinas que le ayuda en su investigación con los tiburones; una persona con la que comparte aficiones, profesión y forma de vida. Es una relación aún en pañales, pero se sobreentiende que lleva meses labrándose y va viento en popa, con algún que otro bache que Nicholas tratará de solucionar. Y también nos encontramos con Daniel, ese primer amor con el que Maeve estuvo a punto de contraer matrimonio y cuyo recuerdo sigue rumiando. Su reencuentro hará resurgir no sólo viejos sentimientos sino también viejas heridas que creía curadas, dando paso a una encrucijada donde Maeve tendrá que sopesar si merece la pena olvidar y volver con Daniel, o si debería pasar página y darle una oportunidad a lo que está empezando a sentir por Nicholas.
Y, por otro lado, tenemos un escenario de suspense y acción relacionado con la profesión de Maeve y sus preciados tiburones: alguien está asesinando a crías de tiburón, cortándoles las aletas para venderlas en el mercado negro y lucrarse con ello. Movida por su amor por el mar y todas las criaturas marinas, en especial los tiburones, Maeve investigará el asunto, poniéndose en el punto de mira de las personas que hay detrás de ese negocio ilegal.
Los personajes tienen una evolución más que notable a lo largo de la novela. Maeve es el personaje que más ha crecido y con el que es sencillo identificarse y empatizar. Maeve es una mujer enamorada de su trabajo y de los animales marinos que ha vivido atormentada por su pasado, dolida y llena de miedo y rencor por lo que le hizo Daniel, aquella persona con la que pensó que pasaría el resto de su vida. Pero, con todo, es una mujer que ha sabido recomponerse y buscar la vida que siempre ha deseado aunque, para ello, tenga que remover un poco el pasado y plantearse una perspectiva diferente.
Nicholas es un personaje que también me ha gustado por su forma de ser y de actuar de cara a los problemas que se le presentan con Maeve. Es un hombre que tiene claro lo que quiere y que también hace bastante cuenta de ello.
Daniel quizá es el que menos evolución tiene pero hay algo en su vida, que no voy a revelar para mantener la incertidumbre, que es clave para la evolución de Maeve, para que se dé cuenta de lo que quiere realmente en su vida y se lance en su búsqueda.
También tenemos a Robin, el hermano mellizo de Maeve, un poco bala perdida, y a su abuela, todo un encanto y buena consejera.
Hotel de las Musas es una novela llena de amor por los animales marinos, por la vida, por los demás, dentro de un entorno de mar y sol que es ideal para su lectura en época estival. Ann Kidd Traylor nos trae una trama en principio sencilla y de romance adulto que se va complicando conforme más nos adentramos en la lectura por la historia de crecimiento personal, la búsqueda de ese lugar en el mundo, y por la investigación y suspense en relación al mercado negro de aletas de tiburón. En cuanto al desenlace, no ha sido el esperado (o típico) pero sí el necesario y perfecto para una historia donde el encontrarse a uno mismo y lo que nos completa en la vida le gana batalla al apartado romántico.
En resumen, 'Hotel de las Musas' es una novela a simple vista sencilla y centrada en el romance que termina desarrollando una trama donde el crecimiento personal cobra gran importancia. Y todo ello aderezado con un poco de suspense e investigación en torno a las criaturas marinas que tanto adora la protagonista: los tiburones.
- Gracias a la editorial por el ejemplar -
Hola. No me importaría leer esta novela, anotada queda. Gracias.
ResponderEliminarBesos.
Hola :) Aun no había leído la sinopsis de este libro y ninguna reseña. Me a gustado, me lo apunto. Gracias por la reseña, nos leemos pronto. :)
ResponderEliminar¡Hola! No concía este libro pero sin duda por lo que acabo de leer tiene varios atractivos: el paisaje, el mar, la historia romántica... ¡y la trama de misterio! Es lo último que habría esperado en un libro con esa sinopsis así que gracias por explicarlo en la reseña, porque me ha ayudado a tener más interés.
ResponderEliminar¡Me alegra ver que te agradó!
Un beso enorme,
¡Nos leemos!