Título: Cryer's Cross
Autora: Lissa McMann
Editorial: Everest
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 288
ISBN: 978-84-441-4769-7
Cuando Tiffany Quinn desaparece, todo cambia.
De los 212 residentes de Cryer's Cross, Montana, 178 se unen al sheriff Greenwood en una búsqueda que dura varios días, desde la salida del sol hasta que cae la noche. La escuela ha cerrado porque todos los estudiantes participan. Escudriñando caminos, registrando granjas, atravesando pastos donde se alimentan vacas y caballos, cruzando campos con trigo, cebada y patatas recién plantadas. Suben colinas y se internan en los bosques. Se desplazan en grupos de dos o tres, algunos nerviosos, otros llorando, otros más decididos. Se gritan cada poco tiempo para asegurarse que no se pierde nadie más: los móviles no sirven para mucho. Cryer's Cross no tiene cobertura.
Después de cinco días no hay ni rastro de Tiffany Quinn.
Cryer's Cross es un pequeño pueblo de Montana, con apenas 212 habitantes, razón por la cual todo el mundo se conoce y se siente como una familia. Sin embargo, hay secreto y miedos que permanecen ocultos, al menos hasta que tiene lugar la desaparición de dos jóvenes del pueblo, primero la de Tiffany y luego la de Nico, el novio de Kendall, nuestra protagonista. Ante esta situación el pueblo se pone alerta, tratando de hallar el paradero de los desaparecidos antes de que sea demasiado tarde, pues el psicópata podría atacar de nuevo ¿o no? ¿Qué es lo que verdaderamente esconde la pequeña localidad de Cryer's Cross? ¿Hay un asesino suelto o es algo más?
Cryer's Cross ha resultado ser una novela entretenida y absorbente, con una trama cargada de misterio e intriga, con pequeñas entradas entre capítulos narradas por un tal "Nosotros" que deja con la mosca detrás de la oreja, preguntándonos qué razón de ser tienen esas páginas que no hacen sino descolocar al lector e inundarle de preguntas. Son párrafos breves a modo de galimatías y metáforas que cuestan entender hasta bien entrada la trama, momento en el que ya se intuye por dónde van los tiros.
Kendall es una chica que padece TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y, al tiempo que intenta mantenerlo en secreto, trata de sobrellevar su condición como mejor puede. Tiene ciertas manías que ha de seguir al pie de la letra para mantener su TOC a raya y la situación presente, con la desaparición de Tiffany y Nico, dificulta aún más su trastorno, preguntándose e imaginándose mil y una variables sobre los motivos de la desaparición de sus compañeros de clase. Su cabeza no descansa y está constantemente dándole vueltas a todo lo que le rodea y que le saca de su zona de confort. Por si fuera poco, vive a la espera de recibir la carta de aceptación o rechazo de Juilliard, y el equipo de fútbol del instituto, del que forma parte y que le permite olvidarse del TOC por unas horas, tiene los días contados... Kendall es un personaje peculiar y del que me ha sorprendido conocer, de primera mano, lo que sufre alguien con esta enfermedad y los métodos que utiliza para mantener siempre todo bajo control. Me ha resultado un personaje cercano y ha sido fácil empatizar con ella y con su problema.
Por otro lado, tenemos a Jacián, el chico nuevo que llega al pueblo con sus padres y su hermana para ayudar en la granja de su abuelo. Ha tenido que dejar atrás a sus amigos, su sueño de jugar en un buen equipo de fútbol y a su novia y, para colmo, su llegada al pueblo coincide con la desaparición de Tiffany, convirtiéndose en el principal sospechoso. Es un personaje introvertido, receloso y desagradable con los demás, sobre todo con Kendall, que no entiende cómo alguien puede ser así de antipático con los demás.
La relación entre Kendall y Jacián se desarrolla de forma muy natural, empezando con un desagrado mutuo, más desde la postura de Kendall al barajar la posibilidad de que Jacián sea el secuestrador del que todo el mundo está hablando. Siente miedo y desconfía de él, aún sin tener motivos para ello, pero ciertos acontecimientos le llevan a pasar tiempo con él, dando paso del desagrado a la aceptación y a sentimientos opuestos a los iniciales, tanto por parte de Kendall como de Jacián.
El ritmo de la novela es un poco cambiante y ha sido el punto flaco de la trama. Comienza bastante bien, contándonos las desapariciones de los jóvenes y el temor del pueblo ante el hecho de que sólo sea el principio, pero luego la historia se centra mucho más en el día a día de Kendall y en su forma de controlar su TOC y la investigación, y búsqueda de los desaparecidos queda en segundo plano. En los capítulos finales la historia vuelve a tomar carrerilla y llega a sorprender por el giro que da, desvelando finalmente el misterio de las desapariciones y el gran secreto oculto en Cryer's Cross desde hace muchos años.
Otro punto negativo es la traducción. Me he encontrado con errores de traducción y erratas muy poco comunes en editoriales como Everest y ha sido algo que me ha descolocado mucho. No son fallos puntuales, pues una errata la puede tener cualquier, sino que suceden prácticamente en cada capítulo. Pero quitando ese aspecto, ha sido una lectura entretenida, llena de misterio y de sorpresas.
En resumen, 'Cryer's Cross' es una novela de misterio que sabe mantener la intriga y la incertidumbre hasta el final. Posee un comienzo fuerte que decae hacia la mitad pero que recupera el ritmo en el desenlace, ofreciendo un giro de trama que logra sorprender e incluso poner la piel de gallina. La autora sabe jugar bien con factores como el miedo, la duda y el misterio.
Cryer's Cross ha resultado ser una novela entretenida y absorbente, con una trama cargada de misterio e intriga, con pequeñas entradas entre capítulos narradas por un tal "Nosotros" que deja con la mosca detrás de la oreja, preguntándonos qué razón de ser tienen esas páginas que no hacen sino descolocar al lector e inundarle de preguntas. Son párrafos breves a modo de galimatías y metáforas que cuestan entender hasta bien entrada la trama, momento en el que ya se intuye por dónde van los tiros.
Kendall es una chica que padece TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y, al tiempo que intenta mantenerlo en secreto, trata de sobrellevar su condición como mejor puede. Tiene ciertas manías que ha de seguir al pie de la letra para mantener su TOC a raya y la situación presente, con la desaparición de Tiffany y Nico, dificulta aún más su trastorno, preguntándose e imaginándose mil y una variables sobre los motivos de la desaparición de sus compañeros de clase. Su cabeza no descansa y está constantemente dándole vueltas a todo lo que le rodea y que le saca de su zona de confort. Por si fuera poco, vive a la espera de recibir la carta de aceptación o rechazo de Juilliard, y el equipo de fútbol del instituto, del que forma parte y que le permite olvidarse del TOC por unas horas, tiene los días contados... Kendall es un personaje peculiar y del que me ha sorprendido conocer, de primera mano, lo que sufre alguien con esta enfermedad y los métodos que utiliza para mantener siempre todo bajo control. Me ha resultado un personaje cercano y ha sido fácil empatizar con ella y con su problema.
Por otro lado, tenemos a Jacián, el chico nuevo que llega al pueblo con sus padres y su hermana para ayudar en la granja de su abuelo. Ha tenido que dejar atrás a sus amigos, su sueño de jugar en un buen equipo de fútbol y a su novia y, para colmo, su llegada al pueblo coincide con la desaparición de Tiffany, convirtiéndose en el principal sospechoso. Es un personaje introvertido, receloso y desagradable con los demás, sobre todo con Kendall, que no entiende cómo alguien puede ser así de antipático con los demás.
La relación entre Kendall y Jacián se desarrolla de forma muy natural, empezando con un desagrado mutuo, más desde la postura de Kendall al barajar la posibilidad de que Jacián sea el secuestrador del que todo el mundo está hablando. Siente miedo y desconfía de él, aún sin tener motivos para ello, pero ciertos acontecimientos le llevan a pasar tiempo con él, dando paso del desagrado a la aceptación y a sentimientos opuestos a los iniciales, tanto por parte de Kendall como de Jacián.
El ritmo de la novela es un poco cambiante y ha sido el punto flaco de la trama. Comienza bastante bien, contándonos las desapariciones de los jóvenes y el temor del pueblo ante el hecho de que sólo sea el principio, pero luego la historia se centra mucho más en el día a día de Kendall y en su forma de controlar su TOC y la investigación, y búsqueda de los desaparecidos queda en segundo plano. En los capítulos finales la historia vuelve a tomar carrerilla y llega a sorprender por el giro que da, desvelando finalmente el misterio de las desapariciones y el gran secreto oculto en Cryer's Cross desde hace muchos años.
Otro punto negativo es la traducción. Me he encontrado con errores de traducción y erratas muy poco comunes en editoriales como Everest y ha sido algo que me ha descolocado mucho. No son fallos puntuales, pues una errata la puede tener cualquier, sino que suceden prácticamente en cada capítulo. Pero quitando ese aspecto, ha sido una lectura entretenida, llena de misterio y de sorpresas.
En resumen, 'Cryer's Cross' es una novela de misterio que sabe mantener la intriga y la incertidumbre hasta el final. Posee un comienzo fuerte que decae hacia la mitad pero que recupera el ritmo en el desenlace, ofreciendo un giro de trama que logra sorprender e incluso poner la piel de gallina. La autora sabe jugar bien con factores como el miedo, la duda y el misterio.
Parece un libro muy entretenido y me llaman las historias de misterio, aunque nunca he leído una. Además me resulta interesante que la protagonista tenga TOC.
ResponderEliminarEs una pena que el ritmo decayese sobre la mitad del libro y que haya tantos efallos y erratas :/